Una mirada académica
Mestizo y mestizaje
El adjetivo mestizo, procedente del latín tardío 'mixticius' ('mixto, mezclado'), se documenta por vez primera hacia 1275 en la 'General Estoria' de Alfonso X
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Las palabras no siempre nacen de un tirón, o de la noche a la mañana. Pueden hacerlo a cámara lenta, o a trompicones. Comprendo que los modismos que acabo de emplear no sonarán muy científicos. Pero expresan bien una realidad que las dos voces ... que dan título a este artículo permiten ejemplificar.
El adjetivo 'mestizo', procedente del latín tardío 'mixticius' ('mixto, mezclado'), se documenta por vez primera hacia 1275 en la 'General Estoria' de Alfonso X aplicado al hijo de una israelita y un egipcio que se menciona en Levítico, 24, 20. Pero después de esa fecha hay que saltar a principios del XV para encontrar otro testimonio, y de ahí a fines del mismo siglo para dar con el siguiente. Es, lógicamente, con las crónicas de Indias cuando mestizo se generaliza. Así, por ejemplo, Fernández de Oviedo se refiere (1535) a «los mestizos, hijos de cristianos y de indias».
Los diccionarios van a zaga de los textos, y en este caso el de la Academia solo atina del todo cuando, en la edición de 1803, después de consignar que mestizo «se aplica a la persona o animal nacido de padre y madre de diferentes castas», añade: «Dícese con especialidad del hijo de español e india». Información que, convenientemente retocada, llega hasta el diccionario actual.
Mayor interés aún tiene el caso del sustantivo mestizaje. Pues el primer testimonio que de él tenemos está completamente aislado en el tiempo. Ocurre en la 'Historia general sacro-profana, política y natural de las islas del Poniente llamadas Filipinas' del jesuita Juan José Delgado, escrita entre 1751 y 1754: «muchos Españoles —leemos en el manuscrito original— se casan con Yndias Pampangas, de quienes ay en aquel puerto mucho meztizage». No se asuste el lector por las rarezas gráficas. Me sirvo del manuscrito original, y autógrafo, porque el texto de la única edición de esa obra (Manila, 1892) está sumamente adulterado y no es por ello fiable en lo filológico.
Muchos sustantivos terminados en '-aje' están tomados del francés. Pero a partir de un determinado momento tal sufijo empezó a ser productivo de modo independiente en nuestra lengua; y así, en el P. Delgado 'mestizaje' no puede ser galicismo, ya que el equivalente en el idioma de nuestros vecinos, 'métissage', no se documenta hasta 1769.
Segundo ejemplo, en orden cronológico, de 'mestizaje': el marqués de la Vega de Armijo dedica un capítulo de sus 'Observaciones sobre la mejora de las castas de caballos en España' (1831) a «las cruzas o mestizajes».
Sigue luego un goteo difuso y espaciado de textos. El término 'mestizaje' no se hará relativamente común hasta finales del XIX, y para ingresar en el diccionario aún deberá esperar a 1970.
El inglés va esta vez por detrás de español y francés: por extraño que resulte, el apabullante diccionario de Oxford acoge 'métissage' (1891) y 'mestizaje' (1943) en calidad de lo que cabe denominar «ocasionalismos» léxicos ('casuals' en la terminología de esa obra: voces en realidad no inglesas incrustadas en un contexto inglés).
Y a propósito, ¿será meramente casual que, habiendo hecho realidad en América lo que la palabra denota, fuéramos los primeros en acuñarla (aludo, claro, al texto del jesuita Delgado de mediados del XVIII)? Probablemente sí, pero especular con una posible conexión entre ambos hechos es tentador.