Louis Stettner y Paz Errázuriz en KBr Mapfre: Acariciar a la sociedad con la fotografía

Dos antológicas que dan buena fe del compromiso de la foto social, aquella que tiene por objetivo cambiar la sociedad, o al menos intentarlo. Eso es lo que persiguen las citas de Louis Stettner y Paz Errázuriz desde dos esferas muy alejadas en cuanto a narrativas y producción pero que constatan la universal necesidad de la imagen de ir más allá.

Unas muestras que al unísono materializan el deseo de Mapfre de divulgación de su propia colección, ya que ambos autores forman parte de esta a través de la adquisición y acuerdos con autores y herederos, como destacó Nadia Arroyo, directora artística de la institución, en la presentación. Exhibiciones trabajadas a través de cuidadosos comisariados y que generan unas publicaciones que amplifican la presencia en sala.

Se presenta un Louis Stettner poliédrico en cuanto a sus temáticas, repleto de referentes. Una 'street photo' que bebe de la humanista francesa, cotidiano pero duro, de gran inspiración literaria con claras connotaciones políticas. Cierta figura de fotógrafo y filósofo es lo que destaca esta ordenación cronológica realizada por Sally Martin Katz, que ya recaló en Madrid. Fotógrafo de guerra, influido claramente por Karl Marx y Walt Whitman, Stettner se posicionó políticamente desde su mirada y activismo. Un fotógrafo de lo cotidiano, un poeta de la vida, empatizando con la clase trabajadora para elevar su presencia a través de su cámara de manera elegante y sobria con icónicas imágenes.

De su reflejo del Nueva York de los años 30 y 40 al París de la posguerra, sus tomas del metro unifican a la población de la ciudad como elemento aglutinador. Figuras solitarias en entornos urbanos que hablan del momento pero que universalizan su relato sobre la sociedad actual. Este lo lleva de Europa a EE.UU. pasando por la España de los 50, reflejando el mundo de los pescadores como figuras casi escultóricas envueltas en el mar a través de modernas composiciones y detalles.

Ciudades conformadas por espacios vacíos y encuadres sobrecogedores para reflejar la soledad de la urbe de forma tan contundente como su trabajo de las manifestaciones y movimientos sociales más reivindicativos. Desde ahí da un paso adelante hacia el retrato más directo a partir de los 80, poniendo cara a los protagonistas del barrio de Bowery en Nueva York para entrar en el nuevo milenio a través del color.

Como último capítulo, se encuentra la serie 'Los Alpilles', en la Provenza, imágenes de 2013 a 2016 con la Naturaleza como expresión de su imaginación y como fuente de belleza y paz.

Por su parte, la muestra de Paz Errázuriz, comisariada por Carlos Gollonet, da protagonismo a lo que la sociedad oculta de manera natural. Una concepción de la marginalidad como lo normal, lo abundante, de la que participa para realizar su documental de denuncia alejándose del mero reportaje para formar parte.

Errázuriz fotografía desde la honestidad y la implicación. El trayecto cronológico que supone la muestra es una revisitación de su archivo, que ha servido a la autora para redescubrirse dando especial atención a la voz colectiva, la protesta y la insubordinación necesarias para el cambio.