'Antes de que llegue el olvido', de Ana Rodríguez Fisher: humillados y malditos

A ella se debe 'Prosa española de vanguardia', un estudio referente de los narradores españoles de los años veinte y treinta, con especial hincapié en Ramón, de quién prologó el tomo XIII de sus 'Obras Completas'.

NOVELA

'Antes de que llegue el olvido'

• Autora Ana Rodríguez Fisher
• Editorial Siruela
• Año 2023
• Páginas 219
• Precio 18,95 euros

Así como el ensayo 'Por qué leemos novelas', sobre la narrativa española contemporánea, de la que forma parte desde que en 1995 publicó 'Objetos extraviados', a la que siguieron otras como 'Pasiones tatuadas', 'El pulso del azar' y, sobre todo, 'El poeta y el pintor', una decidida recreación de nuestro Siglo de Oro en las figuras del Greco y Luis de Góngora, donde se nos da cuenta de la necesidad del arte como la oculta verdad de las cosas.

En esta novela el antiguo debate entre las distintas modalidades artísticas se hace materia literaria encarnada en Góngora y El Greco, ofreciendo algo raro en nuestros modos de abordar el género histórico, el de crear una suerte de novela intelectual que esclarece nuestro presente recurriendo a momentos clave de nuestro pasado.

Ello sucede en una novela que posee visos espectaculares, publicada recientemente y que ha sido galardonada con el Premio Café Gijón de Novela de 2023, 'Antes de que llegue el olvido', donde la autora recrea el ambiente de las vanguardias europeas, la francesa y, sobre todo, la rusa mediante un recurso narrativo que adquiere una verosimilitud inquietante en la carta que Anna Ajmátova dirige a Marina Tsvietáieva veinte años después de enterarse de la muerte de ésta en 1941, vale decir, antes de que el olvido, ese revés de la memoria, nos sepulte en ese reino de las sombras, ese Leteo tan terriblemente intuido por los griegos.

Ajmátova en cierta manera figura en esta narración como un Orfeo moderno que va al rescate de Eurídice en otra forma de hacernos entender la importancia primordial del arte, como ya hizo en 'El poeta y el pintor'.

«¿ Sabes que hice cuando supe...?». Así comienza la misiva que dirige Ajmátova a aquella amiga, la Tsvitáieva, recordando aquel infausto año de la muerte de ésta y de su evacuación de la sitiada Leningrado: «Había empezado el cerco, y en todas partes reinaban la destrucción y la muerte..» primero a Moscú y después a Kazán, en unas condiciones más que miserables, en compañía de Pasternak, «en compañía de Boris tú sabes que una se olvida de todo» .

En esta carta, convertida en elegía porque así se lo sugiere un Joseph Brodsky para rescatarla del olvido: «Es lo que tú misma habías hecho con Rainer Maria Rilke», Ajmátova le refiere sus años de infancia, de los amigos compartidos, de la pasión más que ciega por la poesía que unía a las dos mujeres y, de este artificio de que se vale la Ajmátova donde, de paso, le pone al tanto a su amiga de la nueva generación de poetas que idolatran su obra, se da cuenta de la generación de escritores rusos convertidos ya en leyenda, cuando no en mito: Alexander Blok, Pasternak, Mijaíl Bulgákov, Mayakovski... una generación masacrada por Stalin, que parecía actuar a veces con ahínco personal. Una estupenda recreación de una época única.