Paloma de la Cruz: «Siempre tuve la intuición e idea de que había nacido para dejar huella»

Qué le interesa. Cuando trabajo el barro, me interesa crear una conexión sólida entre cuerpo y lugar. En mis instalaciones muestro una continuidad entre las formas del cuerpo y las de la arquitectura, al tiempo que creo confusiones entre recipiente y contenido. Configuro fluidos congelados en formas de intercambio y superficies ornamentadas que juegan con nuestras pupilas en un pálpito carnal.

Parto de un posicionamiento respecto a las políticas del cuerpo femenino que se mueve entre una muy buscada ambigüedad enunciativa y una extrema asunción productiva de mi propia entidad física, para lo que sumerjo al espectador en un mundo invertido de signos materiales que hace arquitectura de los procesos de la objetualización de mi propia condición.

Las metáforas de la identidad como casa, o de la lencería como piel arquitectónica, me sirven para desplegar una serie de estrategias discursivas que, mediante alicatados de suelo, pared y de objetos de higiene íntima (bidés), moldes del interior de mi propia vagina y revestimientos de esmalte vidriado, crean formas sinuosas, bultos hinchados, protuberancias, y pliegues orgánicos que producen un sutil cortocircuito de significaciones, dado por la confrontación entre una retórica de la belleza visual y una remisión a unos procesos de producción escultórica e instalativa heterodoxos.

La relación con el territorio en mi trabajo es literal: trabajo con el propio material del suelo y en relación a lugares que habito. En este sentido, identifico mi trabajo con esta frase que escribió mi amigo José Iglesias Gª-Arenal : «Las técnicas que utiliza la artista en sus piezas se mueven entre la dureza de la construcción y la delicadeza de una caricia».  

De dónde viene. Como proyecto, sin duda, destacaría 'Erótica inversa', mi primera individual, que tuvo lugar en 2017 en lo que considero uno de mis hogares, la Facultad de Bellas Artes de Málaga , donde he recibido mayor impulso y apoyo, y de donde devienen mi trayectoria y mi crecimiento profesional y personal. A partir de esta exposición empezaron a abrirse más puertas y comencé a participar en diversas exposiciones o ferias, como, GetxoArte , este año, y a obtener residencias y becas, como la del Programa Inciarte, gracias a la cual realicé mi segunda individual 'Clausa Corpora' en el espacio de Córdoba, y que se inauguró año y medio más tarde de la concesión de la beca.

Destacaría, desde entonces, que en 2018 tuve la suerte de ser seleccionada para el XIV Encuentro de Arte Contemporáneo Genalguacil, el cual fue una intensa y maravillosa experiencia. Fui también finalista ese año en el XVIII Encuentro Artistas Contemporáneos del Museo Universidad de Alicante y formé parte de 'Neighbours IV', en el CACMálaga .

En 2019 fui residente en La Térmica Creadores , la cual se desarrolla en mi ciudad. Ese mismo año, fui también residente en la II Beca de Investiación y Creación en el C3A de Córdoba, a la cual fui invitada por el comisario Javier Sánchez. Esta residencia coincidió con la colectiva 'New entries', en la galería T20 (Murcia). Y a finales de ese año, tuve el placer de obtener el primer premio en el concurso MálagaCrea19. En 2020, participé en ARCO de la mano de T20, con la cual trabajo actualmente. El pasado octubre participé en las residencia de Arte Contemporáneo de La Puebla de Cazalla, en Sevilla y, más tarde, fui artista invitada a Feria Marte , que se celebra cada año en Castellón. Finalicé el año formando parte, como ponente, en un curso sobre arte en La Casa Encendida .

Este 2021, en febrero inauguré la exposición individual 'La distancia entre la carne y el suelo', en el Museo de Arte Contemporáneo José María Moreno Galván , comisariada por José Iglesias GªArenal, la cual se clausuró hace apenas un mes. También, en lo que llevamos de año, he tenido la suerte de participar en la colectiva 'Ficciones', comisariada por Juan Bautista Peiró, y 'Crisis en España', expuesta dentro del proyecto 'Artillería', articulado por Nacho Ruiz y Carolina Parra . Ambas aún pueden visitarse.

Supo que se dedicaría al arte… De pequeña, mi juego favorito era el concurso de dibujos que hacía con mi hermana Lidia. Consistía en elegir un personaje animado y hacer un dibujo sobre él. Podíamos pasar toda la tarde con un lápiz en mano. Al terminar, le preguntábamos a nuestra madre (la jurado) cuál era el mejor. Muchas veces ganaba el mío, pero mi madre jugaba muy bien su papel dictaminando en la mayoría de ocasiones un empate.

Siempre he sido la 'diferente” en casa, y eso me gustaba. No sabía que quería ser artista, sólo que me gustaban los concursos de dibujo como excusa para poder hacerlos. El resto ha venido solo, por inercia y necesidad. Creo que ser artista no implica sólo la producción, sino también asumir un modo de vida, y no me veo pasándome la pantalla de otra manera.

¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? A dos semanas de que viniese el transporte a por mis piezas para llevarlas a la sala en la que inauguraba a la semana siguiente, me llamaron para decirme que una de ellas (la que articulaba el proyecto, ¿cómo no?) no entraba por la puerta. No me habían comentado que ela puerta de entrada de obras estaba inutilizada y la pieza no cabía por la entrada principal por unos escasos 10 cm.

En ese momento yo acababa de volver de Inglaterra y me encontraba sin estudio y con todas las obras en un trastero de 4 metros cuadrados. Y ahí que me ves comprando una radial, llevándome un alargador al trastero para poder ponerme una bombilla, cortando la pieza y restaurándola en tiempo record (después de muchas conversaciones con la persona que me llamó y una búsqueda infinita de alternativas posibles). Finalmente, por supuesto, la pieza entró.

Los que me conocen saben que soy bastante tozuda.

Su yo «virtual». Tengo solamente Instagram, y lo considero tanto una herramienta de visibilidad como una forma de estar al día y saber que se está haciendo. Además, descubro a muchos artistas que me interesan gracias a él y a los que quizás de otra forma me hubiese sido más difícil acceder. Estar al tanto de cuando inaugura un artista en Japón, por ejemplo. Eso me parece una maravilla. De hecho, hay muchos compañeros a los que he conocido y con los que he intercambiado opiniones por esta vía, y, pasado un tiempo, hemos coincidido en persona.

Evidentemente, nada sustituye a la experiencia que supone enfrentarte cara a cara a la obra y en el espacio en el que se encuentre, pero me parece –y ahora con esta pandemia mucho más– una buena forma de estar presentes. No mediante exposiciones virtuales, es un formato que no termino de ver claro, sino de saber qué se está haciendo. Tengo la posibilidad de seguir de cerca a artistas y galerías que admiro gracias a ese medio.

Además, también me sirve un poco de agenda, ya que es el portal a través del que la mayoría de artistas y galería o instituciones anuncian sus exposiciones.

Por otro lado, tengo página web e intento tenerla actualizada, aunque la realidad es que desde hace años la mayoría de personas a las que conoces te preguntan: '¿Tienes instagram?'. Creo que muchos estamos de acuerdo en que este perfil se ha convertido en el nuevo portfolio.

Dónde está cuando no hace arte. Actualmente me encuentro realizando la tesis doctoral en arte contemporáneo por la Universidad del País Vasco. Esto me ayuda mucho en mi práctica artística, ya que me obliga a sentarme, escribir y reflexionar constantemente sobre mi obra y sus referentes, tanto formales como conceptuales. A día de hoy, lo considero un plus en mi trabajo, ya que me ofrece la posibilidad de seguir investigando dentro de un ámbito académico y esto siempre enriquece los proyectos.

Le gustará si conoce a... Realmente mis referentes no paran de crecer, es justo lo que comentaba anteriormente con instagram, o con mi investigación dentro del doctorado.

Pero si que tengo unos fetiches que me acompañan desde el inicio como Louise Bourgeois, Sarah Lucas, Robert Gober, Adriana Varejao, nuestro querido Duchamp, Kiki Smith, Shigeko Kubota o Carolee Shneemann. Por supuesto, toda la corriente del Art Nouveau y, en lo nacional, artistas como Ángela de la Cruz , Pilar Albarracín o Marina Vargas.

Debo mucho a mis profesores Carlos Miranda, Blanca Montalvo, Javier Garcerá , Carmen Osuna y Maria Jesús Martínez Silvente, los cuales han sido, y son siempre, totalmente generosos y supieron guiarme en los años en los que empezaba a desarrollar mis primeros proyectos y un lenguaje propio.

Es inevitable nombrar aquí también a compañeros y amigos locales y que están realizando grandes proyectos. A algunos ya los conocéis seguro. Han supuesto siempre una inspiración para mí. Creo que es imposible no mirar hacia los lados cuando estás produciendo rodeada de colegas que tienen tanto que ofrecer. Entre ellos, destaco a Tim Sam Harding, Jose Luis Valverde y Francisco Javier Valverde, Delia Boyano, Victoria Maldonado, Alicia De la Delos, Alejandro González Castillo, Julio Acab, Isabel Rosado, Federico Miró e Imon Boy.

Fuera de lo local, sigo muy de cerca los trabajos de artistas como María Alcaide, Alvaro Albaladejo, Fuentesal y Arenillas , Florencia Rojas, Mercedes Pimiento, Miguel Scheroff, Abel Jaramillo, Pablo Capitán, Eduardo Rodríguez, José Manuel Ruíz Bermúdez, Gala Knör, Irati Ironiza o la argentina, afincada actualmente en Madrid, Jazmín Donaldson.Y, desde luego, a mis nuevos compis de estudio: Marta Van Tarwijt, Antonio Menchen y Antonio Fernández Alvira , de los cuales estoy aprendiendo mucho.

Son una gran cantidad de nombres, y bastantes más los que me dejo fuera, pero reconozco que esto me alegra. Me siento muy afortunada de pertenecer a una generación que tiene tanto potencial y que está aportando tanto.

Qué se trae ahora entre manos. Ahora estoy produciendo una nueva pieza para ARCO21 en el que participaré con la galería T20 (Murcia), con la cual trabajo, y que este año se celebrará en julio, como todos sabemos, debido a la pandemia. Va a ser emocionante seguro ¡y caluroso!

Por otro lado, estoy también inmersa en la producción de mi próxima individual, que tendrá lugar en el Centro Párraga a finales de septiembre y con la cual estoy muy ilusionada.

A principio de noviembre presentaremos también en el Museo de Arte Contemporáneo Moreno Galván los resultados de los trabajos que realizamos mis compañeros Rafael Jiménez, José Iglesias Gª Arenal y yo en las Residencias de La Puebla de Cazalla. Esta residencia está coordinada por los artistas Alegría y Piñero y en ellas cada uno propusimos un proyecto que se llevará a cabo durante un mes y en colaboración con los usuarios del centro ocupacional. Ha sido una experiencia maravillosa y enriquecedora que recomiendo a todos mis compañeros y de la cual estamos deseando mostrar el resultado.

Y a finales de año tendré mi primera individual en T20, proyecto que tengo también presente en mi cabeza y al que, poco a poco, iré dando forma. 

Proyecto favorito hasta el momento. Creo que es bastante difícil sentirse cien por cien orgulloso de un proyecto: para eso hace falta tomar distancia y ver la obra con perspectiva. Además, me considero bastante exigente conmigo misma y con mi trabajo. Tal vez por eso, si tengo que elegir, sería la pieza 'Gloria de las improntas'. Quizás por que pertenece a mi primera exposición y, como comentaba, he podido tomar la distancia suficiente para darme cuenta de que ha sido clave en mi investigación y desarrollo de nuevos proyectos.

¿Por qué tenemos que confiar en ella? Porque aporto un punto de vista muy personal y diferente en mi trabajo con la cerámica y porque creo que nos encontramos en un momento en el que este medio necesita reconcebirse. Siempre tuve la intuición e idea de que había nacido para dejar huella. Esto no es tarea fácil, pero, como ya he comentado, me considero bastante tozuda y, como suele decirse, el que la sigue la consigue.

¿Dónde se ve de aquí a un año? Tengo claro que, en mi estudio, y produciendo inmersa en nuevos proyectos. Lo que no sé es dónde estará, y eso me encanta. No me siento nada esclava de la estabilidad, al contrario, creo que una de las ventajas que más adoro de este ámbito es la posibilidad que ofrece (gracias a becas, concursos, exposiciones fuera de tu ciudad...) de estar en constante movimiento. A veces me paro a pensar dónde me encontraba o cómo era mi vida hace un año, y pienso: «Si hace un año me hubiesen dicho que estaría ahora viviendo en Madrid, por ejemplo, no sé si lo habría creído». Y mi reacción inmediata se traduce en ilusión al imaginar qué me depara el próximo reto. El cambio implica crecimiento, si no salimos de la zona de confort, no avanzamos y a mí me gusta ir hacia delante.

Defínase en un trazo.

¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? A mi querido amigo y gran artista, al que ya he mencionado anteriormente, Tim Sam Harding , del cual os invito a conocer su obra porque estoy segura de que dará mucho que hablar.