Maria Arnal i Marcel Bagés: «El éxito que tuvimos con una música tan poco convencional fue muy extraño»

«Las entradas de estos dos días se vendieron en menos de 24 horas sin que nosotros ni el festival anunciáramos absolutamente nada. Ni siquiera sacamos una nota de prensa, todo fue a través del boca a boca. ¡Bestial! No queremos acostumbrarnos a esto ni perder la ilusión por estas cosas», reconoce Arnal. Y es que todo ha ido muy rápido para el dúo catalán en los últimos cinco años. Ella, de hecho, no se había subido a un escenario antes y Bagés acababa de abandonar la carrera de Telecomunicaciones para estudiar jazz «a tope», justo antes de aficionarse a la improvisación y comenzar hasta un proyecto relacionado con la jota.

Entonces apareció ella, que había aprendido a cantar escuchando las canciones antiguas del folclore español registradas por Alan Lonax en los años 50. Con su primer epé, el dúo comenzó a llenar salas y recibir elogios de la prensa catalana. 'Verbena' fue elegido mejor sencillo para 'Rockdelux' y mejor obra artística para Time Out en 2016, mientras '45 cerebros y 1 corazón' (Fina Estampa, 2017) se alzó como disco del año para numerosas publicaciones nacionales. De repente, las entradas del Teatro Lara y la sala Joy Eslava de Madrid se agotaban con dos meses de antelación.

«Alucinamos con toda la atención que estamos recibiendo. Hace poco tenía una vida y, de repente, ahora tengo otra», comentaba la cantante hace tres años sobre este original proyecto que, partiendo de la música popular, bebía de artistas tan dispares como DJ Arca, la rapera Kate Tempest , los cómics de Alan Moore y los textos de autores catalanes como Héctor Arnau, Ovidi Montllor o Joan Brossa.

Cuenta Marcel Bagés ahora, con media sonrisa en la cara, que no fue tan fácil como parece. Cuando empezaron a llamarles de todos los sitios y se vieron con más de quince conciertos al mes -«una barbaridad»-, decidieron invertir el dinero ahorrado en diseñar un juego de luces y empezar a trabajar la parte escénica que están explotando en esta gira. «Sufrimos tal estrés por llevar a la banda al siguiente nivel que a mí me dio un ictus en el ojo», recuerda el guitarrista.

Ahora, partiendo de lo cosechado con el éxito de 'Tú que vienes a rondarme' , su tema más popular, han querido darle una vuelta de tuerca a esa idea para explorar de manera más explícita la música electrónica, los desarrollos rítmicos y la experimentación con las voces. «Esa canción fue la última que compusimos del anterior disco y nos sorprendió, pues con ella llegamos a más gente de una manera muy mágica y bonita. Entonces pensamos que era una puerta que habíamos abierto y que queríamos cruzar para comenzar a componer 'Clamor'», explica la vocalista, consciente también de la presión añadida que implicaba este segundo álbum: «El éxito que tuvimos con una música tan poco convencional como la nuestra fue muy raro y queremos aprovecharlo para que la gente siga escuchándonos. Esa oportunidad es un regalo».

Ambos admiten que son muy obsesivos con su música y que han tenido que enfrentarse a muchos conflictos entre ellos por eso. «Nunca habíamos tenido tantas diferencias creativas como en la gestación de 'Clamor'. Nos ha costado entendernos, le dimos muchas vueltas a todo», opina Bagés, que se justifica rápidamente: «A nosotros nunca nos había pasado, pero le ocurre a muchas bandas. En Blur, que a mí me flipa, Damon Albarn y Graham Cox eran muy amigos y se peleaban a muerte cuando componían. Tenían esa misma tensión creativa».

Para Arnal, el principal conflicto ha sido la comunicación entre ellos cuando se sentían más inseguros: «No estábamos acostumbrados a tener crisis creativas y nos ha faltado sentarnos a hablar un poco para que la tensión no se acumulara. Él es muy hermético y puede ser explosivo, mientras que yo soy muy testaruda y, en ocasiones, un poco agresiva. Tenemos una relación muy familiar y hay incendios que no apagas en un momento dado para seguir trabajando. Pero, cuidado, que estamos bien, ¿eh? El productor David Soler, que ha estado muy involucrado en la composición, ha sido fundamental en este aspecto más emocional, porque los dos hemos estado muy nerviosos con la pandemia y todo eso».

En ese camino se han encontrado también con regalos sorprendentes, como las colaboraciones de la cantante Holly Herndon y de los célebres Kronos Quartet . «El cuarteto vino al festival Grec de Barcelona en 2019 y pidió a alguien que cantara unas versiones de Pete Segger -recuerda Arnal-. Alguien les dio mi nombre y, tras los ensayos, me dijeron que les había encantado y que querían contar conmigo para su siguiente disco. “¡Claro!”, les dije. Y como hubo una especie de enamoramiento entre David Harrington [líder y violinista] y yo, le propuse un intercambio para que tocaran un arreglo de cuerdas de Marcel en nuestro álbum. Aún guardo el audio en el que me contestaron emocionados: “¡Haremos lo que vosotros queráis!”. Es increíble que gente tan top te diga que les encanta tu música. Ha sido precioso».