José Luis Garci - TELEGRAMAS CINÉFILOS

‘SF’

El cine de ciencia ficción ha producido auténticas joyas que permanecen en el tiempo

Fotograma de ‘El enigma de otro mundo’, de Howard Hawks

21/05/2021
Actualizado a las 15:29h.

Desde muy niño, igual que a Kinsglay Amis , Stephen King o Luis Gasca , la ciencia ficción me chiflaba. Libros, tebeos y películas. Leí a Verne -‘De la Tierra a la Luna’ sigue siendo mi preferida- y a ... Wells , y disfruté con ‘Purk, el hombre de piedra’, cuyas viñetas salían directamente de la película ‘Hace un millón de años’, con Victor Mature . Aunque (y a estas alturas del metraje no ser sincero es un pecado), lo que más me entusiasmaba era devorar aquellas novelitas de kiosko, hermanas de las del Oeste (de Estefanía y Alf Man [Alfredo Manzano]), en cuyas portadas, a todo color, unas mujeres fantásticas -nunca mejor dicho-, vestidas apenas con un top y una minifalda (mucho antes de Mary Quant ), disparaban rayos desintegradores a unos monstruos extraterrestres, verdosos, con trompetillas en vez de bocas, que se arrastraban por gigantescos planetas color rojo sangre.

Idéntica emoción sentí al contemplar l as películas de SF (‘Science Fiction’) de los años cincuenta. (Los críticos enemigos de la ciencia ficción, la mayoría estructuralistas, le llamaban ‘Speculative Fiction’ ). Desde aquellos lejanos días, ay, ya he cumplido muchas películas, pero no he olvidado la curiosidad, la atención, la entrega, la excitación y el estremecimiento con que disfrutaba de esas joyas. Joyas, sí, no exagero.

El cine de SF producido tras la II Guerra Mundial, centrado en el miedo a que un enajenado apretara el botón nuclear que nos llevara a otra confrontación, quizá la última, está lleno de humildes películas que han llegado a nuestros televisores tersas , sin una arruga, al contrario que tanto ‘film’ apolillado con pretensiones socio-políticas filmado al mismo tiempo.

Recuerdo que vi con la boca abierta ‘El experimento del Dr. Quatermass’, ‘Cohete K-1’, ‘Con destino a la luna’, basada en la novela de Robert Heinlein y estimulante Technicolor, o ‘Planeta prohibido’, una original adaptación de ‘La tempestad’ de Shakespeare . Pero hablaba de joyas, de obras maestras como ‘La humanidad en peligro’ ( G. Douglas ), ‘El enigma de otro mundo’ ( Hawks ), ‘Ultimátum a la Tierra’ ( Wise ) o ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’ ( Siegel ), todas ellas filmadas con sencillez y elegancia, repletas de eso que ahora llamamos clasicismo. Películas que nos sirvieron para entender un poco el mundo en el que estábamos -y estamos-, y para darnos cuenta de que habíamos dejado atrás la Edad Contemporánea que venía en nuestros libros de bachillerato.

Con doce o trece años, de verdad que los chicos y las chicas en el recreo ya sabíamos que estábamos metidos de lleno en la Era Atómica, y nos alegraba. No deja de ser curioso -y un error- que la Academia de Hollywood, en sus casi cien años de existencia, jamás haya premiado como Mejor Película una obra de ciencia ficción . ¿Las hubo mejores en su tiempo que ‘2001, una odisea en el espacio’, la gran hazaña de Kubrick , o ‘El planeta de los Simios’? ¿Habría sido injusto otorgar la estatuilla a ‘El imperio contraataca’, ‘E.T’, ‘Alien’ o ‘Blade Runner’? ¿O, más recientemente, a ‘Misión a Marte’, de De Palma, o ‘La niebla’, de Garamond? Y ahora que caigo, tampoco ha recibido nunca un Oscar a Mejor Película una de terror. ¿Qué tal ‘La semilla del diablo’ o ‘El exorcista’?