«El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos», el cuento que acabó en epopeya

Peter Jackson vuelve a convertir en oro el universo creado por J. R. R. Tolkien

«El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos», el cuento que acabó en epopeya

miguel ángel barroso

Hace tiempo que los fans incondicionales de J. R. R. Tolkien han decidido no cabrearse más con Peter Jackson . Los más comprensivos, incluso, piensan que es mejor que los libros hayan caído en manos de un friki del profesor de Oxford que de ... la factoría Disney, por ejemplo. «El Hobbit» llega a su desenlace tras un larguísimo metraje (ya están disponibles, para los insaciables, versiones extendidas de las dos películas previas) y, como no podía ser de otra manera, se despide con una traca de las que hacen época: una batalla que en el texto no ocupa más que media docena de páginas y que en la pantalla consume casi una hora de puro frenesí.

El cuento que Tolkien pasó a limpio para sus hijos, con poemitas, canciones y guiños permanentes a sus lectores, transformado en una epopeya épica y oscura, estirada con apostillas de otras obras e invenciones -ese amor interracial entre el enano guapo y una elfa que nunca estuvo en la cabeza del escritor-. No importa. Al orondo y desaliñado cineasta neozelandés se le perdona casi todo.

Espectáculo visual... y más

Parece que después de esta aventura se va a plantar, aunque muchos sueñan con ver en la gran pantalla las leyendas contenidas en «El Silmarillion», que darían no para una trilogía, sino para varias, con auténticas tragedias shakespearianas como «Los hijos de Húrin». Porque antes que la Guerra del Anillo o la búsqueda de Erebor hubo un «big bang» protagonizado por dioses, un Señor Oscuro más poderoso que Sauron y hasta una batalla de lágrimas innumerables. Todo material de primera.

Por ahora, los que quieran encontrar el espectáculo visual de Peter Jackson y adláteres -tipos que, no lo olvidemos, pertenecen a la industria del entretenimiento y recaudan mil millones de dólares por cada película de la Tierra Media - no tienen más que ponerse las gafas 3D y dejarse llevar desde el minuto uno, cuando la sombra de Smaug sobrevuela la Ciudad del Lago mientras sus gentes huyen despavoridas; estremecerse con el pulso entre el Concilio Blanco y Sauron y los Nazgûl en Dol Guldur y, finalmente, subirse en la montaña rusa de la batalla orquestada por Weta Digital , con unos efectos especiales que dejan en mantillas a los de «El Señor de los Anillos» . Los que quieran encontrar a Tolkien deben rebuscar un poco más, pero ahí está, medio ahogado por los ecos de los tambores y los cuernos de guerra: en el valor de la amistad que demuestra el protagonista más humilde de la historia, en la defensa del honor por encima de todas las riquezas del mundo y en la certeza de que el amor verdadero, muchas veces, produce dolor.

«El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos», el cuento que acabó en epopeya

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