El Reina Sofía rastrea los orígenes del imperio de la fotografía
El museo cierra la tetralogía sobre la imagen documental que lleva a cabo Jorge Ribalta desde 2010
'Barricada de la rue de la Roquette, plaza de la Bastilla' (1871). Fotógrafo desconocido
Mientras el Prado exhibe la obra de un artista contemporáneo como Fernando Zóbel, curiosamente el Reina Sofía inaugura una exposición cuyo arco temporal va de 1848 a 1917. ¿Quién dijo que no hay sintonía entre ambos museos? En 2010 el Reina Sofía abrió ... una tetralogía en torno a la fotografía documental, que nace en los años 20. Lo hizo con una muestra, 'Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939', a la que siguieron en 2015 y 2018 una exposición sobre la reinvención del documental y una retrospectiva de Marc Pataut, respectivamente.
Un ambicioso proyecto de investigación, llevado a cabo por Jorge Ribalta (lo define como «una historia de la fotografía a contrapelo»), al que pone punto final, cerrando el círculo, con el cuarto episodio, que aborda los orígenes del género documental en la fotografía. Lo que en el mundo del cine llamaríamos precuela.
Eugène Atget. 'En las orillas. La siesta. Los pequeños oficios de París'. Copia de época de 1904
Sorprende ver en el cubo blanco del museo contemporáneo daguerrotipos colgando en sus paredes. En una de las primeras placas de Louis Daguerre, 'Boulevard du Temple', de 1838, aparecía de forma accidental la imagen de un limpiabotas. Se considera la primera fotografía conocida de un trabajador. Diez años después, surgen las primeras imágenes de una revolución: la Primavera de los Pueblos de 1848. Se conservan muy pocos daguerrotipos y calotipos de aquellas barricadas de París. De ese año se exhibe una copia facsimilar de un daguerrotipo de Charles François Thibault, 'Barricadas en la calle Faubourg du Temple, 25 de junio de 1848, siete y media de la mañana'. Procede del Museo Carnavalet de la capital parisina, uno de los más de cincuenta prestadores de esta exposición, que podrá visitarse hasta el 27 de febrero de 2023 y que Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, califica de «irrepetible», pues difícilmente volverán a salir muchas de estas frágiles obras.
Se reúnen más de medio millar, pero con estrictas medidas de conservación: 19-20º centígrados de temperatura, 30-50 Luxes... También de los fondos del Carnavalet, la fotografía de otra barricada en París, esta vez de un fotógrafo desconocido y tomada en 1871 en la Plaza de la Bastilla, donde María Antonieta perdió la cabeza. Otro de los pioneros de la fotografía es Henry Fox Talbot y sus imágenes de trabajadores.
En 1859 Charles Baudelaire denominó a la fotografía «la criada de las artes». Según Jorge Ribalta, «el documental es un género doblemente menor, por su condición instrumental e impura en el sistema de las artes y por su condición de representación de la clase obrera. La promesa democrática de la imagen fotográfica permaneció por mucho tiempo incumplida, pues se mantuvo durante casi un siglo como un instrumento en manos de la cultura burguesa industrial y colonial», en la que «se colaron» accidentalmente mendigos, obreros, enfermos, reclusos... «Una pequeña historia política» de la vida cotidiana, las clases populares, las primeras luchas sociales...
Charles François Thibault, 'Barricadas en la calle Faubourg du Temple, 25 de junio de 1848, siete y media de la mañana'. Daguerrotipo. Copia facsimilar
Ya en la década de 1850 aparecen las campañas de los monumentos nacionales. Como el proyecto de Charles Clifford, otro de los grandes nombres de esta exposición, acompañando a la Reina Isabel II en sus viajes por España. Advierte Ribalta que «constituye el primer repertorio organizado que que articula un discurso fotográfico sobre la nación». Además, es una época en la que se produce la reorganización de los centros urbanos en las grandes capitales europeas: París (Charles Marville documenta la modernización de la ciudad llevada a cabo por Haussmann), Viena, Barcelona, Madrid... Tienen lugar grandes obras de ingeniería, la construcción del ferrocarril, el trabajo en las minas... y nacen las exposiciones universales.
Son unos años, explica el comisario, en los que se produce la primera revolución tecnológica en la historia de la fotografía: la combinación de negativo al colodión y el positivo a la albúmina. Ello permite la multiplicidad de la fotografía y el nacimiento de los álbumes. Aparece el primer corpus de la clase trabajadora en la historia de la fotografía: la comunidad de pescadores en Newhaven (Escocia).
El recorrido de la exposición continúa con un apartado sobre los usos antropológicos de la fotografía en las últimas décadas del siglo XIX. Se aplica, por un lado, a la medicina (registros anatómicos, estudios de la histeria y la neurología); por otro, a los trabajos policiales y judiciales, como la identificación de criminales. Además, se comienzan a documentar las tribus indias en el Oeste americano.
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Si la exposición comenzaba con la revolución de 1848, se cierra con otras revoluciones: la Comuna de París en 1871, la Semana Trágica de Barcelona en 1909 y la Revolución Rusa de 1917, con la primera movilización de las masas. Esta precuela de los antecedentes de la fotografía documental concluye con dos nombres propios: Lewis Hine y Paul Strand. El primero, que acuña el término 'fotografía social' y anticipa la fotografía militante del siglo XX, introdujo mejoras para las clases trabajadoras (sobre todo, en el trabajo infantil). Strand, discípulo de Hine, fue el fundador de la modernidad fotográfica, «el Cézanne de la fotografía moderna».