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ABC Cultural

Fernando Zóbel, el pintor que deconstruyó el arte antiguo en pura abstracción

El Prado rinde homenaje al artista que pasó horas y horas en la pinacoteca copiando las obras de Velázquez, Goya, El Greco, Zurbarán, Rubens o Ribera

Fernando Zóbel en Harvard, Massachusetts, en los años 50 Fotógrafo desconocido

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Se ha hablado mucho sobre si el Prado debe o no exhibir arte contemporáneo en sus salas. Por ellas ya han pasado Picasso, Richard Hamilton, Bacon, Cy Twombly, Thomas Struth, Cai Guo-Qiang, Eduardo Arroyo... Unos con más acierto que otros, la ... verdad. Desde que llegó a su puesto, el director del museo, Miguel Falomir, siempre ha defendido que «el Prado no es un museo de arte contemporáneo. Ya los hay, y muy buenos, en España». Pero sí defiende su contemporaneidad: sería «un museo muerto» si no influyera en los creadores de hoy. «La relación del Prado con el arte contemporáneo es muy tímida –apunta–. Mucho más que en museos como el Kunsthistorisches de Viena, la National Gallery de Londres o el Louvre parisino». El Prado no quiere ignorar, sin embargo, a los artistas para los que fue determinante en su forma de pensar y en su arte. Es el caso de Fernando Zóbel (Manila, 1924-Roma, 1984). En 2003 se celebró una antológica en el Reina Sofía. Dos décadas después, su obra cuelga en el Prado. Para él, no había ruptura, sino continuidad, entre tradición y vanguardia. Una propuesta muy original de entender la modernidad: reinventando el pasado. Creía que los maestros del futuro siempre estaban aprendiendo de los maestros del pasado.

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