Chillida Leku, como en los buenos tiempos
Luis Chillida, hijo del escultor y director del museo, apela a un acuerdo con las instituciones
EFE
Chillida Leku se ha acercado durante el puente a sus cifras de los buenos tiempos, aunque esta afluencia coyuntural de visitantes quedará en la anécdota de un museo que ya ha anunciado su cierre para el 1 de enero y cuyo futuro ... depende del acuerdo entre la familia del escultor y las instituciones.
El cierre inminente del museo, unas fiestas muy bien situadas en el calendario y el descanso que se ha dado la lluvia en los tres últimos días han sido los factores que han llevado a más de 3.000 personas a pasearse por este espacio consagrado a la obra de Eduardo Chillida en Hernani (Guipúzcoa), muy próximo a San Sebastián.
Luis Chillida , hijo del escultor y director del museo, no se deja engañar por el espejismo, consciente de que durante minivacaciones como las de este puente de la Constitución el caserío de Zabalaga y sus campas verdes siempre han contado con un buen número de visitantes y de que su continuidad nunca ha estado en manos de fechas señaladas.
Los herederos del artista están abiertos a las propuestas que les hagan las instituciones públicas , incluso a negociar el traspaso de la propiedad de la obra y la finca, o a hacer una cesión temporal a modo de prueba, siempre y cuando el museo del futuro mantenga la filosofía que inspiró su creación, que sea lo que es ahora y no algo diferente sustentado en la marca Chillida, ha dicho a Efe su responsable. "Nuestra máxima preocupación es el futuro de un museo que fue concebido por 'aita' (padre) para su obra. Ese es uno de sus valores. Si lo que se pretende es otra cosa, con otra visión, eso ya no sería Chillida Leku. El caserío no lo vemos como un lugar en el que se pueda exponer la obra de otros artistas" , ha destacado.
Luis Chillida admite que las administraciones públicas les han planteado "en parte" ese cambio de concepción, la búsqueda de "un museo diferente". La familia del escultor vasco no se opone rotundamente a introducir novedades, pero sí a que sean "radicales diferencias para conseguir que haya más público".
Tiene sus dudas de que incluso de esa forma se lograra aumentar el número de visitantes, y sigue manteniendo que la única opción para exponer obra de otros artistas sería construyendo otro edificio en el recinto, una alternativa para la exhibición de piezas de grandes nombres del mundo del arte que ya esgrimió cuando el museo celebró su décimo aniversario en septiembre, con la que creen que atraerían público local.
La gestión privada, inviable
Lo que tienen claro los Chillida es que la continuidad del museo es inviable con el actual modelo de gestión privada, con el que ya sabían que arriesgaban desde su inauguración y cuyos inconvenientes se pusieron de manifiesto mucho antes de la crisis económica.
Luis Chillida rechaza que haya existido mala gestión durante estos años y afirma que se pueden contar "con la mitad de los dedos de una mano" los museos que consiguen ser rentables, entre los que cita al museo Dalí y a la Fundación César Manrique.
Si las conversaciones con el Gobierno Vasco, la Diputación y otras instituciones no prosperan, los familiares del escultor serán los primeros a quienes les "entristecerá" cerrar definitivamente Chillida Leku, añade su director, que cree que está produciendo más pesar la noticia a la gente de fuera que a la del entorno.
Asegura que la próxima venta a través de la casa Sothebys de doce piezas monumentales del escultor, propiedad de la familia, no tiene nada que ver con los problemas de Chillida Leku, sino con la necesidad de que la obra de su padre "siga moviéndose por el mundo".
Luis Chillida ha explicado que se han abierto nuevos centros de arte en Asia, en países como China, Corea del Sur y Japón, un mercado en el que apenas hay obra del escultor vasco y adonde les gustaría que viajaran algunas de ellas.
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