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Matadero Híbrido: el salto de la cultura a los mundos virtuales viene para quedarse

Conciertos y muestras presenciales, accesibles desde el ordenador y las gafas 3D a través de una app

Este fin de semana se celebra el Festival L.E.V.

Clara Nuño

Imagina una estatua que no puedes tocar . Imagina que los animales pintados de un mural cobran vida en vibrantes colores. Imagina asistir a un concierto de música electrónica en otro planeta . Estas son algunas de las propuestas de la nueva edición del Festival L.E.V Matadero, en Madrid , que se celebra desde el 24 de septiembre hasta mañana. Un evento enmarcado dentro de un proyecto más grande; el Matadero Híbrido, que pretende abrir un espacio virtual y seguro que equipare las programaciones online y presencial del centro cultural.

Durante cuatro días, gracias a la realidad aumentada, los visitantes de Matadero podrán acercarse, tanto físicamente como desde sus propias casas, a Planet Lev. Un mundo imaginario que se asemeja a los espacios de juegos de rol como Second Life pero esta vez al servicio del arte. En los distintos escenarios, a modo de islotes dentro de un nuevo mapamundi, se levantan esculturas de toda forma y color. Por supuesto, también habrá conciertos.

«Puedes darte una vuelta, ir a los conciertos e incluso interactuar [telemáticamente] con tu avatar con el resto del público», cuenta Tiffani Attali, una de los miembros del grupo de artistas afincados en París, Children of Cyberspace, que acostumbra a trabajar con entornos virtuales. Transformado en tortuga o medusa, el espectador podrá ver y escuchar música en directo sin límite de aforo. «Teníamos que buscar otras vías para la edición del festival este año. Con la situación de la Covid-19 era casi impensable montar escenarios físicos», cuenta Cristina de Silva, una de las comisarias del festival.

Es una exhibición colectiva de obras en otra dimensión que ha sido creada durante los meses de estío de este 2020 en una residencia artística en Asturias. «Queríamos inspirarnos en el paisaje austuriano y, al final, nos ha quedado un planeta rocoso que acabará por tener vida propia. Puedes pasear, nadar o teletransportarte de un lugar a otro», añade Attali .

Festival tentacular

Uno de los espacios del centro, sin embargo, sí contará con actividades presenciales. La «Nave 0», a la que se podrá acceder en pequeños grupos para interactuar con el trabajo de creadores como la madrileña Claudia Maté, la banda islandesa de post-rock, Sigur Rós, o el tándem entre Laurie Anderson y Hsin-Chien Huang , entre otros. Todos ellos bajo una misma premisa: la vida humana expandiéndose más allá de sus límites corpóreos.

Pensar local, actuar global

Combinar programación online y presencial es una de las ambiciones del centro desde que, el año pasado, comenzaran a esbozar la idea de Matadero Híbrido : «Estamos desarrollando nuevos proyectos o evolucionado algunos ya existentes para que tengan un espacio nuevo en la red. No pretendemos volcar el contenido de actividades presenciales, sino ampliar nuestra programación adaptándola a las nuevas tecnologías», apunta Rosa Ferré, Directora Artística del centro , quien sostiene que, con el confinamiento y la pandemia, es algo que «tiene más sentido que nunca».

Una idea que viene para quedarse: «No es un parche para la situación actual, es algo que queremos instaurar de forma permanente» , agrega Ferré tras aducir que más allá de los proyectos de corte internacional, Matadero es un centro cultural focalizado en la creación artística de la propia ciudad.

«Para nosotros es muy importante cuidar lo local, tenemos artistas locales en residencias interdisciplinares, y luego poner en relación las preguntas de los artistas locales con los de fuera», asegura. Pensar local para actuar global, es una de las estrategias del centro cultural madrileño que, en 2019, se involucró en un proyecto internacional que busca poner la ciudad en el centro del debate ecológico desde una perspectiva artística . Así, a través de «Deep Demostrations of Clean and Healthy Cities», 10 ciudades europeas, entre las que se cuenta Madrid, se embarcan en la demostración de un cambio que garantice un futuro resiliente de emisiones netas cero en 2030.

En el marco de este programa nace la propuesta de un Jardín Cyborg , a través del cual se pretende abogar por la cooperación entre lo natural y lo tecnológico. Si no se puede bajar la temperatura del espacio, habrá que regular la del visitante. ¿Cómo? Con un polo, un helado compuesto de unos prebióticos muy concretos que bajan la sensación térmica.

«El año pasado el artista alemán, Orkan Telhan, que trabaja con microorganismos, hizo un prototipo de robots a los que, a través de una app, avisabas sobre la hora a la que llegabas al Madatero y ellos te preparaban un polo diseñado para actuar sobre la temperatura de tu cuerpo», explica Uriel Fogue, uno de los comisarios del Jardín.

Si no podemos cambiar nuestro entorno a nuestro favor, tendremos que ser nosotros quienes mutemos. Una premisa que recorre todas y cada una de las propuestas con las que pega el pistoletazo de salida el centro híbrido: El Festival L.E.V.

«Me gustan las estrellas porque el hombre no puede herirlas, no puede derretirlas o mutilarlas» , resuena dulce, como en un podcast, la voz de Laurie Anderson en una de las piezas del festival: viajar a la luna sin moverse de la silla. Pero para dejar de herir y mutilar habrá que quedarse en la tierra.

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