Joan Jonas viaja por el paisaje cántabro y su trayectoria creativa en una exposición en la Fundación Botín

Pionera en la práctica de la performance , el cine experimental y la videograbación, Joan Jonas ha ideado y adaptado a esta sala expositiva un montaje multimedia con el que pretende ahondar en un tema que ha sido una constante a lo largo de su carrera: la compleja relación del ser humano con el medio ambiente y la naturaleza.

La muestra, comisariada por Benjamin Weil , director artístico del Centro Botín , y que podrá verse hasta 16 de octubre en la sede de la Fundación, parte del descubrimiento de enclaves como el Valle del Nansa y el Jardín Botánico de Puente San Miguel , o las cavidades de El Castillo, Las Monedas y Altamira, capilla sixtina del arte rupestre y Patrimonio de la Humanidad.

Pero Joan Jonas (Nueva York, 1936) se inspira también en sus últimos viajes y utiliza imágenes captadas en ellos -aves enjauladas en Singapur , suelos de mosaico en Venecia , secuoyas de California , el cementerio de Génova , etcétera- como base de una vídeo proyección con la que realiza una performance en la que viste sombrero, gafas de sol, vestido y chaquetas de papel.

En la otra vídeoproyección de la muestra aparecen cuatro alumnos del Taller de Artes Plásticas de Villa Iris , a los que durante tres semanas ha dirigido la creadora estadounidense en Santander. Los participantes interactúan con la « serenidad » del valle del Nansa como telón de fondo.

Ambas producciones, con las que Joan Jonas incorpora el sonido y dota a su trabajo de una dimensión espacio-temporal que remite al cine, la danza o el teatro, creando una atmósfera única, están rodeadas de varios dibujos, disciplina esencial en su práctica artística. Se trata de catorce murales de ejemplares de aves trazados en negro sobre distintas tonalidades de verde y marrón, y veintiséis más, también de pájaros , realizados en tinta sobre papel japonés y enmarcados.

Y como ocurre en prácticamente toda la obra de esta figura esencial de la vanguardia neoyorquina de finales de los sesenta y principios de los setenta, la instalación de la Fundación Botín bebe también de la literatura. En este caso, Joan Jonas se inspira en un poema compuesto a partir de fragmentos de teatro Noh japonés , extraídos del libro «El clásico teatro de Noh de Japón», de Ernest Fenollosa y Ezra Pound .

La instalación multimedia se exhibe junto a una selección de vídeos que documentan cinco de las más relevantes performances que la artista ha ejecutado en los últimos quince años, y que ofrecen al visitante una perspectiva única de su universo creativo . Pero Joan Jones prefiere que sea el espectador el que decida. «No me gusta interpretar mi trabajo y darle un significado único, porque quiero que la gente aplique sus propias ideas », explicó ayer en Santander, con motivo de la inauguración de su nuevo montaje.

«La performance es el medio del que me valgo para construir un objeto que existe tan solo en el tiempo, el cual se plasma con cuerpos, con mi cuerpo. Para mí, la performance es poesía tridimensional creada en vivo en el espacio». Una idea de Joan Jonas que comparte Benjamin Weil , para quien la instalación de la neoyorokina en la Botín resulta «muy poética», y le permite además continuar la senda recorrida en el último medio siglo, reiterando ideas que son una constante en su trayectoria, incorporando elementos nuevos y anticipando próximas reflexiones.

« Joan Jonas: caudal o río, vuelo o ruta ». Sala de Exposiciones de la Fundación Botín (Marcelino Sanz de Sautuola, 3. Santander, España). www.fundacionbotin.org/joanjonas. Del 25 de junio al 16 de octubre de 2016