El Museo Sorolla busca mecenas para comprar «Almendro en flor»

El llamamiento a la participación ciudadana lo ha hecho el presidente de la Fundación Museo Sorolla y director general de Bellas Artes, Miguel Ángel Recio, que ha pedido expresamente a «los amantes de Sorolla y de este museo» que se impliquen económicamente en la compra de la obra, aunque también al resto de ciudadanos y a empresas.

La Administración pública emprende así su primera campaña de micromecenazgo , aprovechando la normativa sobre patrocinio y mecenazgo que entró en vigor el 1 de enero y que contempla ventajas fiscales para las donaciones tanto de empresas como de particulares. Las aportaciones, de un mínimo de 20 euros , se pueden hacer hasta el 17 de noviembre en la plataforma Verkami y, en función del importe, se obtendrán distintas «recompensas», como recibir una reproducción digital de la obra en alta resolución o ser invitado a las inauguraciones de las exposiciones del centro los próximos tres años.

En caso de que no recaudar los 43.000 euros necesarios , la Administración «encontrará la fórmula» para adquirir «Almendro en flor», ya que ha llegado a un preacuerdo de compra con la casa de subastas que gestiona su venta. Y en caso de superar la cifra, la Fundación Museo Sorolla lo integrará en su presupuesto como donaciones. «Si mañana sale un empresario que da los 43.000 euros, lanzamos otra campaña de micromecenazgo», ha bromeado Recio.

Este óleo sobre tabla de pequeñas dimensiones se quedó en la familia del pintor, que la dejó en su testamento porque «le tenía cariño», ha explicado Consuelo Luca de Tena , directora del Museo Sorolla , que tiene «muy pocos cuadros de esa época» por lo que su adquisición «aporta mucho a la colección».

La obra corresponde a la etapa en la que, recién casado, Sorolla se retiró a Asís (Italia) «para buscarse a sí mismo y encontrar el camino que quería seguir en la pintura, ya que estaba desconcertado» por la convivencia de academicismo y vanguardia. «En esa especie de retiro espiritual, dijo después, encontró su camino recto, el de la pintura naturalista , que no abandonaría jamás», ha recordado Luca de Tena.