Muere José Luis Várez Fisa, el gran coleccionista al que el Prado dio una sala permanente

La relevancia de su colección era inversamente proporcional a su ego. Celoso de su intimidad hasta el extremo, no le gustaba la fama, no concedió entrevistas. Hasta el acto de donación en el Prado, al que asistió la Reina Doña Sofía, no era fácil ver una foto suya en los medios.

José Luis Várez Fisa (Barcelona, 1928-Madrid 2014) hizo durante su vida de la discreción una bandera. Y eso que su nombre aparecía habitualmente en las listas más prestigiosas de los coleccionistas más influyentes del mundo. En 2011, su esposa, María Milagros Benegas, recogía en su nombre el premio Arte y Mecenazgo al coleccionismo. El jurado resaltó entonces su dedicación a la recuperación del patrimonio español.

En diciembre de 2013, al inaugurarse la espléndida sala que el Museo del Prado dedica a las obras que donó a la institución fue su esposa quien se dirigió en su nombre a los asistentes. Se trata de doce piezas –de 1200 a 1500– valoradas entonces en 22.780.000 euros.

Várez Fisa fue, según quienes bien le conocían y trataron, desde instituciones culturales y el mundo de las exposiciones, un coleccionista apasionado que supo atesorar a lo largo de su vida una de las mejores y más exquisitas colecciones privadas de nuestro país. Destaca especialmente en cuatro ámbitos: pintura antigua (del Románico a Goya), platería de los siglos XV al XVII, cerámica hispano-árabe y arqueología.

Llegó a comprar el «Retablo de San Cristóbal» (anónimo castellano) para donarlo al museo del Prado en 1970. Años más tarde, en 1988, donó otra obra de Orazio Borgianni. Esta es la única de las 14 piezas donadas que no cuelga en la Sala Várez Fisa, donde destaca la Virgen de Tobed, atribuida a Jaume Serra. La única condición que puso la familia a la hora de hacer la donación fue que la exhibición de las piezas tuviera carácter permanente. Así será, y hoy, cuando ha muerto, se convertirá en el mejor lugar para recordar su legado. Por demás, en 1999 el Estado español adquirió 187 piezas arqueológicas egipcias, íberas, griegas y romanas de su colección por 12 millones de euros. Su destino, el Museo Arqueológico Nacional.

Ingeniero y empresario, fundó en Guipúzcoa en los años 60 Laminaciones Lesaca, una empresa de derivados del acero que acabó vendiendo. Se trasladó a Madrid, donde funda Agepasa, una gestora de patrimonios y carteras, y el Banco Inversión. Fue vocal del Patronato del Prado en dos ocasiones: en 1980 y en 1986. Várez Fisa y su esposa fueron reconocidos con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2012.