Calígula regresa a Roma sin cabeza

La policía la descubrió en un camión Tir, disimulada entre escombros. La habían troceado para facilitar el transporte. Su primer destino era Suiza, acogedor refugio para obras de arte y bienes arqueológicos robados o adquiridos ilegalmente. Allí la esperaba un anticuario londinense, para después venderla en el mercado ruso, japonés, chino o el área de Oriente Medio. Su valor hubiera superado el millón de dólares.

La gigantesca escultura, de 2,5 metros de altura, representa al emperador romano Cayo Julio César Augusto Germánico, conocido por Calígula (12-41 d.C), quien a los 25 años fue proclamado emperador y asesinado a los 29, en una conspiración de su guardia pretoriana, en la que perdió también la vida su mujer y su hija, sucediéndole su tío Claudio. Es la primera estatua de Calígula sentado en un trono bajo la apariencia de Zeus , confirmando lo que contaba el historiador Svetonio: El emperador romano, que promovió a senador a su amado caballo Incitatus (se dice que lo hizo por humillar al senado), llegó a querer ser adorado como un dios.

La estatua fue reconocida por un detalle particular: En el pie izquierdo tiene la «caliga», el típico calzado de los legionarios que había utilizado desde pequeño, un hábito que le valió el apelativo por el que se le conoció en la posteridad, convirtiéndose en sinónimo de crueldad , violencia y libertinaje: Calígula. Además, el trono en el que aparece sentado está ricamente decorado con símbolos imperiales. Y el material de la escultura es mármol griego de Paros, considerado en su época el mejor y más preciado del mundo.

Aunque todo hace suponer que en efecto se trata de Calígula, falta la confirmación, porque la estatua no tiene la cabeza: «De la cabeza en realidad no sabemos nada. No la tenemos por ahora, pero se terminará encontrando», explica Giuseppina Ghini, superintendente de Bienes Arqueológicos de la región italiana de Lazio.

Después de ser secuestrada a los contrabandistas de arte, un equipo de restauradores ha recompuesto gran parte de la estatua, aunque le falta casi completamente el lado derecho. Además de esta monumental escultura se expondrá por primera vez al público otros restos arqueológicos relacionados con la figura de Calígula porque provienen de su villa junto al lago Nemi. Ese tesoro había sido descubierto por dos «tombaroli» (ladrones de tumbas) en el municipio de Nemi, a unos 30 kilómetros de Roma.

Desde un primer momento, al descubrimiento se le dio gran importancia. Más allá de su valor económico, la estatua de Calígula tiene una grandísima relevancia artística e histórica, porque ha demostrado que la villa de Calígula era un complejo residencial mucho más extenso de lo que se había pensado. Justo en ese pueblo se había imaginado la existencia de una residencia mandada construir por el extravagante Calígula. Pero nunca se habían encontrado las huellas. Finalmente, en una propiedad privada desconocida a los arqueólogos, que durante dos mil años había tenido sepultada la estatua, se descubrió la villa con vistas al pequeño lago de Nemi.

Esta exposición se acompaña de material didáctico y multimedia, con imágenes históricas y diversos utensilios que utilizan los «tombaroli» en sus robos de tumbas. La muestra ayudará también a que el público adquiera conciencia de la grave dimensión que tiene en Italia los robos de arte. Según la Guardia de Finanza, en los dos últimos años se robaron un total de 138.873 obras de arte, un 50 % más que en el bienio anterior, si bien sólo se registraron 294 denuncias.