Carlos Álvarez: «Muti es la exigencia personificada»

Éste fue el último compromiso del barítono con Muti, un compromiso que no puedo llevar a término pues tuvo que cancelar en el último momento al reaparecer sus problemas vocales. «Recuerdo el día del ensayo general, todos —Muti, Gelb, Gergiev, yo, mi mujer...— estabamos en el camerino casi llorando, y sus palabras de ánimo. Riccardo me decía —le puedo tutear (bromea)—: “Ponte bien de nuevo y ven a trabajar cuando estés dispuesto. Nosotros te esperamos"».

Álvarez califica su relacion con el director italiano como de «complicidad mediterránea», quizá por eso afirma haberse alegrado «enormemente» de este galardón. «Es una relación basada en el respeto y en la honestidad hacia el trabajo». De sus cualidades como director afirma que Muti «es la exigencia personificada, que él mismo se impone —matiza—. No es nada idulgente consigo mismo . Y esto se puede aplicar a todos los aspectos de su vida: el personal y el profesional». Reconoce, que en la distancia, el maestro napolitano puede parecer «un poco difícil, pero en las distancias cortas no es así».

Carlos Álvarez cantó el pasado lunes en el teatro Arriaga, lo que supuso su regreso a los escenarios después de 15 meses de parón debido a una displasia en las cuerdas vocales. Tras sufrir tres intervenciones, este concierto era la prueba de fuego para medirse a sí mismo. Una prueba de la que h a salido victorioso y satisfecho, según explica a este diario. «Estoy muy contento.Fue muy emotivo. Terminamos todos llorando (bromea). Con este concierto he vencido la incertidumbre». El barítono, meticuloso en su carrera, sabe que ahora tiene que pensar aún «más» sus decisiones. «Es el momento de analizar la situación y ver las opciones que hay abiertas —los teatros me han seguido haciendo ofertas—, y aceptarlas cuando esté preparado».