«Wilt»: el corrosivo humor de Tom Sharpe sube a escena
La obra llega hoy al teatro Bellas Artes de Madrid, con Fernando Guillén Cuervo, Ana Milán y Ángel de Andrés
JULIO BRAVO
En 1976, Tom Sharpe publicó su novela más célebre, «Wilt» (más de 10 millones de ejemplares en 22 idiomas), que narra la aventuras de un profesor frustrado, de vida gris y matrimonio infeliz, que se ve envuelto en una acusación de asesinato por ... culpa de una muñeca hinchable. José Antonio Vitoria y Garbi Losada la han adaptado para el teatro y, después de presentarse en distintas ciudades (Bilbao, Palma de Mallorca, Alicante y Sevilla) llega ahora al teatro Bellas Artes de Madrid. La dirige Garbi Losada y el reparto está encabezado por Fernando Guillén Cuervo, Ana Milán y Ángel de Andrés.
Hacía mucho que los tres actores no se subían a un escenario. Ana Milán asegura que se siente « feliz y viva , y con ese regalo que te hace el teatro y notar la velocidad en las venas mientras trabajas, que es algo que no tienes en el cine y la televisión. Hace que sientas tus latidos, los de tus compañeros, el palpitar». Fernando Guillén Cuervo dice por su parte que «pensaba que me iba a enfrentar con miedo después de 17 años y lo que he sentido es mucho placer y disfrute . Además, tras un tiempo con el ritmo frenético de la televisión y el cine, he vuelto a la familia del teatro, a los ensayos, a ir haciendo poco a poco la escultura, y a estar con tus compañeros en ese espacio íntimo que es la creación».
Mecanismo de relojería
Explica Ana Milán que «el planteamiento de Wilt es casi de relojería; hay ese toque de vodevil , de entradas y de salidas contínuas que tienen que estar combinadas a la perfección con la pantalla, que ninguno puede fallar... Eso requiere mucha atención» «La buena comedia nace de la tragedia , de los conflictos reales , de las tristezas, miserias y tropezones del personaje», apunta Guillén Cuervo. «Es que nuestro oficio es el arte de fingir», concluye Ángel de Andrés.
«La adaptación es muy eficaz», dicen los actores
Llevar la novela a escena no ha sido fácil. «Yo al principio me preguntaba cómo iba a ser la adaptación -dice Ana Milán-. Me parecía imposible de adaptar ». «Yo creo que es una versión muy eficaz -añade Guillén Cuervo-; indudablemente se pierden cosas, pero funciona con todos los públicos. Su acidez y su vitriolo llegan a todos y disfrutan la función. Es una propuesta muy de cómic, más naïf que la novela, los personajes son más entrañables y luminosos».
Los actores visitaron a Sharpe (ochenta y cuatro años) en su casa de Gerona. «A mi me dijo que no podía hacer de Eva -cuenta Ana Milán-, porque el personaje que él describe es totalmente distinta a mí». «En mí sí vio al hombrecillo gris...», se lamenta Guillén Cuervo. El autor está encantado con la idea de llevar su novela al teatro, y así se lo manifestó a los productores en una carta. «Tiene una mirada escudriñadora que observa todo y te valora», dice Ana Milán.
«Wilt» engancha con el público sobre todo «por la capacidad que tiene Sharpe, y nosotros con él, de reírse y de reírnos de muchas cosas, de lo que se supone que uno no se ríe porque ya está establecido en la sociedad; lo que ya damos por válido», dice Ana Milán.
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