Iva y vaivén de la cultura

Que a estas alturas de la película -dicho sea sin segundas- haya un ciudadano en el Ministerio de Hacienda -con perdón- que tenga el entretenimiento (el hobby, la diversión) de agarrar un escalpelo y dedicarse con él a separar la cultura (la seria, la mollar, la fetén) del "entertainment" (el simple entretenimiento que diría él)... es como para decirle cuatro cosas.

Una, que sentarse a discriminar eso no es el papel de un político , y mucho menos el de uno de Hacienda. Otra, que hace tiempo que se estrenan películas -desde 1895 más o menos- y obras de teatro -desde la Grecia clásica , durante anteriores crisis-, que existen clásicos y también fenómenos -como en los libros- y que todos tienen su papel, nos entretienen, elevan y cultivan, a veces indistinta y otras indistontamente. Somos hijos, casi todos, de nuestro tiempo.

La tercera, que todo el discurso en el que se asienta el proyecto de este Gobierno parte de considerar las industrias culturales , las que producen cultura (editoriales, productoras, y otras asociaciones artísticas profesionales), como cimientos de la cultura con mayúsculas y de algo tan económico y feraz como la imagen de España como un país creativo que se sobrepone a los malos momentos, como el que él, sin duda, ha tenido. El hecho de que la cultura precise una industria para florecer no la mancha ni la deteriora.

La cuarta -aceptando que hay muy diversas consideraciones que hacen complejo este análisis-, que este señor además ha puesto en un brete a otro departamento del mismo Gobierno, lo cual es una torpeza gratuita . Si -permítanme la broma- hasta el ministro José Ignacio Wert ahora tiene que estar dudando si es «solo» de Educación, Cultura y Deportes o le han ascendido y lo es de Educación, Entretenimiento, Cultura y Deportes... ¡Será por trabajo!

La frase del portavoz de Hacienda es descabellada y hace muy difícil de explicar este momento económico al sector. Todos entendemos que la deuda contraída por la sociedad (gestionada por políticos que han dejado herencias y por otros políticos que las recogen) se pagará con el sacrificio que hemos de asumir desde todos los ámbitos. Empezando por quienes pagamos, como ciudadanos, ese ascenso del iva en las entradas al teatro, los conciertos y el cine.

Desde luego, el sector cultural es combativo y ha pedido moratorias en la aplicación del iva. Y se ha movilizado en los despachos del poder y también en las redes sociales . Pero no debe ser tratado por ello desdeñosamente . Defiende legítimamente lo que representa, una parte importante, y prometedora, de nuestro PIB y más aún de nuestra identidad cultural .

Podemos entender, como dicen desde ámbitos más razonables del Gobierno, que la contundencia de las medidas no les gusta, pero que se ha decidido no establecer excepciones , porque la sociedad, otros sectores, no los tolerarían .

Pero, al menos, ya que toca aguantar, que ocupen a este portavoz con otros entretenimientos menos ásperos. Podría ir un poco más al teatro (ese siglo de Oro español y esa Edad de Plata, además de mucho "entertainment", incluso zarzuela y musicales) o sentarse a ver en un vídeo "La colmena", "Cría Cuervos" o "El perro del Hortelano" , por no decir Celda 211 o Ágora ...

Como este mismo portavoz demuestra, de todo hay en la viña del Señor. Pero no está solo. Incluso Velázquez y Cervantes, entre otros muchos, fueron, en otro tiempo, funcionarios . Biodiversidad, que decimos ahora.