El pecado original de la Fundación Selgas
El actual presidente de la entidad asumió el cargo de manera temporal en 1992 tras un litigio entre las fundadoras y el albacea que lo propuso
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Iniciar sesiónLa fuerte polémica en la que se ha visto envuelta la Fundación Selgas-Fagalde por la venta del ' Aníbal vencedor ' de Goya y su gestión económica, operaciones que se encuentran bajo investigación por parte de la Fiscalía de Asturias y el Ministerio de ... Cultura, no es la primera crisis a la que se enfrenta la entidad presidida por Gregorio Peña .
Ya en 1991, cuando las hermanas Fagalde constituyeron la fundación con objeto de mantener la Quinta de Cudillero y toda su colección artística, se desató un litigio entre albaceas, con acusaciones de estafa de por medio, que solo se cerró con un pacto entre los patronos para el nombramiento como presidente, «con carácter temporal», de Peña, hombre de confianza del albacea demandado.
La documentación a la que ha tenido acceso ABC, entre ellos el acta de la reunión en la que el actual presidente fue elegido, en 1992, y requerimientos que en plena batalla legal hizo el albacea Luis Gozalbo, permiten reconstruir el pecado original bajo el que fue concebida una de las fundaciones de arte más ricas de España, propietaria de cuadros de Goya y El Greco y el impresionante palacete que la familia Selgas levantó en Cudillero (Asturias).
Todo empezó el mismo día que se firmó la constitución de la fundación, el 23 de octubre de 1991. Al tiempo que daba de alta la entidad, sin saberlo, Manuela Fagalde firmó el traspaso del edificio que tenía en la Jorge Juan, 8, una de las zonas más exclusivas de Madrid, a Esla S.A., la sociedad de quien durante dos décadas había sido su abogado, Luis Gozalbo Jornet.
Gozalbo pagaría 275 millones de pesetas por el inmueble: cinco en mano y el resto en un plazo de treinta años sin devengar intereses. Unos días después, el 2 de noviembre, a los 84 años, Manuela Fagalde murió. En su testamento había repartido los bienes de la familia entre distintos beneficiarios y la fundación, y para ejecutar este reparto nombró albaceas a su hermana Carmen y Gozalbo.
Fue en este periodo, los meses que pasaron desde la muerte de Manuela hasta el comienzo de las actividades de la Fundación Selgas, cuando Carmen se enteró de la compraventa del inmueble. En junio de 1992 presentó una querella por estafa contra Gozalbo y procedió a nombrar por su cuenta a los miembros del primer patronato, que se reunieron en octubre de ese mismo año. Fue la única reunión a la que asistió Carmen; el día 31, con 94 años, murió.
En esa primera reunión, la última de las hermanas Fagalde, como presidenta y fundadora de la entidad, dijo que «bajo ningún concepto ahora ni en el futuro» Luis Gozalbo debía tener «relación alguna con la Fundación Selgas-Fagalde, ni aparezca relación con la misma».
En los meses anteriores Gozalbo había movido ficha. En agosto se dirigió al Registro de Fundaciones y, haciendo uso de su condición de albacea solidario, nombró a varios patronos para el órgano de gobierno de la entidad, entre ellos Gregorio Peña. También hizo un requerimiento judicial en el que acusaba a Carmen de no proceder a «un inventario ajustado y detallado como merecen los bienes allí residenciados [la Quinta de El Pito], pudiéndose citar entre otros un Greco, dos Goyas, tres Rubens, una estupenda colección de tapices, etc.».
El albacea manifestaba su «absoluta sorpresa» por la querella criminal cursada ante el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid, «por cuanto que Luis Gozalbo no ha hecho ninguna disposición, ni en beneficio propio, ni de tercero, sobre el caudal hereditario», y acusó a Carmen Fagalde de varias irregularidades en la ejecución de la testamentaria.
En la segunda reunión del patronato de la fundación, celebrada el 28 de noviembre de 1992, ya no pudo estar presente Carmen, fallecida un mes antes. Habían acudido a él los patronos que ella propuso, no los de Gozalbo. Estos vocales, a instancias de los patronos públicos, llegaron a un acuerdo para «zanjar las discrepancias» y que Gregorio Peña, abogado y apoderado de Gozalbo, asumiera las labores de albacea y presidente de la fundación.
En el acta de la reunión, se recoge que Peña accedió al cargo de patrono en virtud del artículo 14 de los estatutos fundacionales y que debía proceder a adicionar los bienes legados por las hermanas Fagalde a la fundación. «Con estas actuaciones que se presentan, las cuestiones litigiosas quedarán encauzadas, el patronato plenamente integrado y, en tres o cuatro meses, adjudicados aclarados los bienes», resume el patrono Rafael García-Ormaechea .
Peña, en su turno de palabra, explicó que aunque Gozalbo había renunciado «expresamente a su presencia personal […] en beneficio de la concordia», sería «auxiliado» por él «por cuanto conoce personalmente las características del patrimonio a determinar».
El actual presidente se comprometió a ostentar el cargo sin «vocación de permanencia», «por un periodo de tiempo corto, de tres o cuatro meses», lo que tardara en formalizar la adjudicación de bienes, para que luego el patronato designara «a la persona representativa que acoja el sentir común de los patronos».
Así lo dijo también Peña en declaraciones a los periodistas: cedería el puesto de presidente «a una persona que esté en relación con la cultura asturiana» sin agotar el mandato de cinco años. La querella contra Gozalbo, dijo, había quedado sin efecto tras la muerte de Carmen Fagalde.
Treinta años después, con Peña aún en la presidencia, la Fundación Selgas vuelve a estar en el ojo del huracán.
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