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«Los miserables», la emocionante epopeya de Víctor Hugo vuelve al cine

El 25 de diciembre se estrena la adaptación de uno de los grandes musicales de la historia

«Los miserables», la emocionante epopeya de Víctor Hugo vuelve al cine abc

JULIO BRAVO

Más de sesenta millones de personas en cuarenta y dos países de todo el mundo han visto el musical «Los miserables» a lo largo de más de veintisiete años, los que hacen desde su estreno en el Barbican londinense. Parecen suficiente garantía para que Cameron Mackintosh , su productor, decidiera transformarlo en película (con la colaboración de Working Title). El 25 de diciembre se estrena en España esta superproducción que ha dirigido Tom Hooper («El discurso del rey»), y que cuenta con un reparto que encabezan Hugh Jackman (Jean Valjean), Russell Crowe (Javert), Anne Hathaway (Fantine), Amanda Seyfried (Cosette), Eddie Reymane (Marius), Samantha Barks (Éponine), Aaron Tveit (Enjolras), Helena Bonham Carter (Madame Thénardier) y Sacha Baron Cohen (Monsieur Thénardier). La película es esperada como una de los grandes estrenos del año, y sus expectativas ante los Oscar ya empiezan a cumplirse con sus cuatro candidaturas a los Globos de Oro: mejor película musical o comedia, mejor actor en película musical o comedia (Hugh Jackman), mejor actriz de reparto (Anne Hathaway) y mejor canción («Suddenly»).

El musical sigue en cartel veintisiete años después de su estreno

Todo empezó en 1980, cuando el libretista francés Alain Boublil y el músico Claude-Michel Schönberg publicaron un disco con un musical basado en la célebre novela de Víctor Hugo. Ese mismo año se estrenó una puesta en escena en el Palais des Sports de París. Pero eso fue la génesis. El productor Cameron Mackintosh, una de las personalidades más importantes del teatro británico, escuchó el disco y se enamoró del musical. Junto con sus autores, rehizo la partitura y el libreto para crear un espectáculo nuevo, que se estrenaría en Londres en octubre de 1985 (donde sigue en cartel). Después llegaría a todo el mundo (a España en 1992). En 2010, coincidiendo con el XXV aniversario del musical, Cameron Mackintosh anunciaba el siguiente paso: la película.

Valjean y Javert

La columna vertebral del musical «Los miserables», situado en Francia en la primera mitad del siglo XIX, es la historia de Jean Valjean, un ex convicto al que encerraron durante veinte años por robar un pedazo de pan y que incumple la libertad condicional, y Javert, un inflexible inspector de policía empeñado en hacer cumplir la ley. Entre medias hay historias de amor, de sacrificio, de redención, de amistad... Con el telón de fondo de una Francia mísera y revolucionaria al tiempo. Se trata prácticamente de una ópera contemporánea, con toda la obra cantada, y donde destacan grandes canciones que han interpretado grandes artistas: «I dreamed a dream», «Bring him home», «On my own», «One day more»... Claude-Michel Schönberg ha escrito una canción nueva, «Suddenly», que canta Jean Valjean tras hacerse cargo de la niña Cossette.

Los exteriores de la película se han rodado en Francia e Inglaterra

El primer paso hacia la película fue la elaboración del guión, que escribió William Nicholson. Para dirigirla, se pensó en Tom Hooper: «Es una obra maestra colosal -ha dicho sobre la novela-; el musical es tremendamente emotivo, y Claude-Michel Schönberg supo tocar algo muy profundo dentro de nosotros con la música». El rodaje se prolongó durante doce semanas , buena parte de ellas en los estudios Pinewood de Londres y en distintas localizaciones en Francia e Inglaterra, entre ellos las montañas de Gourdon, al sur del país galo, el histórico muelle de Portsmouth o la capilla de Winchester College, en Hampshire, estas dos en Reino Unido.

Adaptación

La adaptación es bastante fiel al musical original; se ha variado el orden de alguno de los números y se han suprimido o recortado algunos recitativos (en algunos casos se han sustituido por breves diálogos), pero no afectan a la historia. Tom Hooper ha recurrido a la novela para llenar algunos pequeñas lagunas y ayudar así a hacer algunas reacciones de los personajes y algunas escenas más comprensibles en la película. Así, el director ha introducido el personaje del abuelo de Marius para situar a éste en su contexto familiar, y también le da un mejor envoltorio y un mayor sentido a la muerte de Fantine.

Una de las novedades es que los actores cantan en directo

Una historia tan emotiva como la de «Los miserables», con una música que es parte fundamental de esa emoción, corría el riesgo de perderse en el camino a la pantalla (como le pasó, por ejemplo, a la adaptación de «El fantasma de la ópera», estrenada hace unos años). Por eso Hooper pensó en rodar todas las escenas con los actores cantando en directo: «Quería arriesgarme y hacer algo totalmente diferente en un género poco habitual. Cameron estaba totalmente de acuerdo y me apoyó. Por muy buena que sea la sincronización, el público nota que hay algo falso. Las voces nunca acaban de conectar realmente en con lo que ocurre en la pantalla». Cameron Mackintosh, por su parte, dice: «La única forma de que la música funcione es capturándola en el mismo momento. Fue una de las cosas que me dijo Tom cuando me explicó por qué quería dirigir la película». «La idea de cantar en vivo -añade Hugh Jackman- es sobrecogedora, pero te da una libertad inmensa». Y Eddie Reymane reflexiona: «Normalmente, si estuviéramos rodando una película musical a la vieja usanza, iríamos a un estudio y grabaríamos un disco. Y luego, dos meses después, llegaríamos al set y reproduciríamos los temas para gesticular como si los cantásemos. El problema de eso es que hay que tomar todas las decisiones actorales meses antes de conocer en persona al actor con el que vas a trabajar. Grabando en vivo, Tom nos brinda la espontaneidad de una actuación tradicional».

El sistema de grabación era el siguiente: los actores llevaban un auricular y escuchaban a un pianista que tocaba en directo, de modo que eran los actores quienes marcaban el tiempo en cada toma, y sobre estas grabaciones se grababa la música interpretada por una orquesta de sesenta músicos, dirigida por Stephen Broker. «Lo emocionante para el público -concluye Hooper- es que cantar en vivo tiene un profundo efecto en la fuerza y el realismo de la historia».

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