Suscríbete a
ABC Cultural

Relato

Orgullosa yegua argentina

Jaime Bayly

La última vez que lo vi a Macri fue en el restaurante Fervor de la calle Posadas, en Recoleta. Yo estaba tan escandalosamente obesa que Juliana, su esposa, me preguntó: ¿estás embarazada, Jimena? Le respondí: no, es puro tejido adiposo, pura grasa. Juliana, que es ... una dama, se sonrojó. Yo, que no soy una dama, que nunca pude ser una dama, y que llevo mi gordura con natural desparpajo, solté una risotada de foca que Mauricio supo acompañar. Antes de irme, pasé discretamente por la caja y pagué la cuenta de Mauricio y Juliana. No me dolió. Me sentí como la señora francesa canosa del Fondo Monetario, prestándole plata a Mauricio, solo que para mi desdicha no bailamos un tango allí en Fervor: nadie quiere bailar un tango con una gorda masiva como yo, solo Lanata me sacaría a bailar, fumándome en la cara.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia