Fallece Isabel Vigiola, viuda de Antonio Mingote

Vigiola y Mingote, que se llevaban 11 años de diferencia, pasaron 46 años juntos, tras casarse en 1966. Unos meses antes, en diciembre de 1965, comenzó la relación, cuando el dibujante le dijo a Isabel que la ilusión de vida era estar con ella. Y así fue durante más de cuatro décadas, hasta 2012, cuando Antonio Mingote murió en Madrid a los 93 años.

«En una reunión de amigas, recuerdo que les comenté que Antonio me llevaba once años, y que yo si pudiera le daba cinco y medio a él para morirnos a la vez. Me tildaron de loca o idiota. Y era verdad que yo le hubiera dado cinco años y medio», dijo Isabel Vigiola a ABC en una entrevista un año después de la muerte de su marido. La viuda de Mingote ha fallecido diez años más tarde, con solo uno menos que su pareja de toda la vida.

Isabel era una apasionada del cine, y a los 17 años empezó a trabajar como secretaria del cineasta Edgar Neville. Con él trabajó dos décadas, entre los años 50 y 60, y tuvo oportunidad de conocer a multitud de actores y estrellas de Hollywood. Fue trabajando para Neville como conoció a Mingote.

« Encarna Sánchez , que era tan feminista, me preguntó si yo había sacrificado toda mi vida por Antonio, si él me había frustrado», dijo Vigiola a ABC. «Yo le dije que no, que yo hice lo que quería. Y le respondí que si yo hubiera tenido el talento o hubiera querido ser Pilar Miró, como ejemplo en la dirección de películas, nadie me lo habría impedido. Y que al vivir al lado de un talento reconocido no he querido más que dedicarme a él. No quise otra cosa. Y he sido muy feliz».

En el archivo de Mingote, que Isabel trabajó y custodió desde la muerte del maestro, están las cartas que el dibujante le escribió a su amada. Son misivas que el viñetista ilustraba con fotografías de los dos, y también con autorretratos y dibujos de Don Quijote y Sancho Panza. En una de ellas, escrita y 'firmada' en 2010, Mingote decía:

«Yo, Antonio Mingote, mayor de edad (mayorísimo) y en pleno uso de sus facultades (las pocas que le quedan)

CERTIFICO

Que amo a la llamada ISABEL VIGIOLA como vengo haciendo desde hace la tira de años. Amor que no pienso dejar de sentir hasta que la muerte nos separe (cosa que puede suceder en cualquier momento, y allá ella) y para que conste la firmo en Madrid en el 14 de febrero de 2010, día de San Valentín. (Mira qué casualidad).»