Suscríbete a
ABC Cultural

¿Amenazan el Big Data y los fans la libertad de los autores?

El final de «Juego de tronos» pone sobre la mesa el debate de cómo la producción masiva de las plataformas pensando solo en el usuario estrecha los límites del creador

Se acabó «Juego de tronos» (no el mundo) y más de un millón y medio de fans ya han firmado una petición para que cambien el final de la serie. Cada uno con su particular enfado, pero todos unidos bajo un único mantra: «No era ... el desenlace que se merecía». Es decir, que no había colmado sus expectativas, que no les había dejado satisfechos. El fenómeno no es nuevo. En 2010 ocurrió algo parecido con el último episodio de «Perdidos». También con el estreno de «La amenaza fantasma» (1999), donde a algunos fanáticos les faltó pedir la cabeza de George Lucas por «cargarse» Star Wars, la saga que él mismo había iniciado en 1977. Y más atrás. En 1893, Conan Doyle tiró a Sherlock Holmes por una cascada con la intención de matarlo, según dejó escrito en sus diarios. Los lectores anularon masivamente las suscripciones a la revista «The Strand Magazine», y algunos incluso le amenazaron vía postal. Instigado por sus editores y consciente de los posibles beneficios económicos, el escritor terminó resucitándolo. No, no es nuevo, pero quizás hoy la presión del público y la necesidad de satisfacerlo es mayor que nunca. Quizás ya exista el anillo único de poder.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia