Música
«Se busca en exceso el valor seguro»
Una de las cantantes más activas en recuperar el barroco musical español, Raquel Andueza, actúa en el Auditorio Nacional de Madrid y lanza su propia discográfica
La soprano Raquel Andueza pertenece a una generación de músicos españoles que ha sabido dar un salto adelante en su trabajo interpretativo. Se trata de profesionales inquietos, nada conformistas, capaces de liderar proyectos e integrarse en otros, que han hecho de la recuperación de ... nuestro rico patrimonio musical un estandarte. Andueza, además de sacar adelante una carrera muy coherente, ha sido capaz de crear su propia discográfica, junto al tiorbista Jesús Fernández Baena . La soprano navarra actúa el 10 de marzo en el Auditorio Nacional dentro del ciclo «Universo Barroco» que organiza el Centro Nacional de Difusión Musical. Lo hará junto a Emilio Moreno, uno de los más importantes estudiosos y difusores de nuestro patrimonio musical, y La Real Cámara. El programa, que conmemora el 300 aniversario del nacimiento de Bárbara de Braganza –mecenas imprescindible desde la Corte–, ofrece obras de autores como Scarlatti, Facco, Corselli, Antonio Rodríguez de Hita o Nebra.
Abordarán un programa lleno de novedades.
Algunas de las obras son estreno absolutos en nuestros días y otras apenas se han interpretado. Entre ellas las cuatro arias de Narciso , de Domenico Scarlatti , o las de Rodríguez de Hita, que se estrenaron en su época en el teatro del Príncipe y que no se han vuelto a hacer. Otras, como las de Nebra, son más conocidas.
«Hacemos proyectos de música desconocida y apuestan por ellos desde el extranjero. Detrás de cada iniciativa hay muchos esfuerzos»
¿Cómo es esta música todavía poco frecuentada por los melómanos?
Es maravillosa. Las arias de Narciso son como unos caramelos puros, dulces, virtuosos y delicados. La ópera consta de dos personajes, Narciso y Eco, y yo canto arias de ambos. En Scarlatti asistimos al mestizaje entre la música española y la italiana en una mezcla apasionada con lo bueno de cada estilo. Es un repertorio especial y muy atractivo para el oyente. Las seguillidas de Las segadoras de Vallecas son divertidas, ejerciendo un magnífico contraste con otras obras de carácter más profundo.
¡Ha costado recuperar este patrimonio!
Y tanto. A veces incluso era difícil tener acceso a los archivos. Otras veces parecía que la música de fuera de España era mejor que la nuestra. Los compositores del Siglo de Oro sí que han estado reconocidos, pero los siglos XVII o XVIII no estaban tan valorados como en Italia y otros países. Y ahí nuestro patrimonio es inmenso.
¿Estamos ante obras complejas interpretativamente hablando?
Desde luego no es música sencilla desde el punto de vista vocal. Muchas obras de Scarlatti las cantaba Farinelli y tienen gran dificultad técnica, pero están, eso sí, muy bien escritas. De ahí que sea muy satisfactorio cantarlas. Se percibe la influencia italiana en casi todos los autores, incluso Nebra. La zarzuela burlesca, como Las segadoras de Vallecas , es más castiza, ya un germen de la zarzuela moderna. En el resto, estilísticamente se deja ver la influencia italianizante, mezclada con lo español, incluso con trazos del flamenco.
Hasta hace bien poco no había forma de interesar a público y programadores con este repertorio .
Sí que existía cierto desinterés. Yo, personalmente, siempre me he encontrado con facilidades para trabajar, pero, también es verdad que ahora hay una cantera de músicos que antes no había. Antes te ibas fuera y te quedabas allí, de hecho muchos compañeros no han vuelto. Los músicos españoles podemos hacer muy bien todo el repertorio barroco europeo al mismo nivel que los intérpretes de otros países. Estamos en un momento dulce. Ahora sí existe una compensación, aunque se pueda invitar más a los grupos extranjeros. Tuvimos predecesores como Jordi Savall y Marta Almajano en el canto, entre otros, que nos abrieron los ojos y nos permitieron ver la importancia del repertorio. Antes aquí faltaba enseñanza específica y ahora sí que hay mejores departamentos de música antigua en los conservatorios. Una generación anterior abrió las puertas y nos animó al esfuerzo.
«los siglos XVII o XVIII españoles no estaban tan valorados como en Italia. Y ahí nuestro patrimonio es inmenso»
Este trabajo de recuperación es, para el intérprete, casi como abordar un lienzo en blanco.
Por supuesto, muchas veces toda esta música inédita no tiene referencias. Hacer una primera versión es muy atractivo para el intérprete, porque es un repertorio espectacular y un trabajo de investigación que supone un reto. Tener a Farinelli en la Corte generó música muy virtuosa.
Quizá ahora lo que falten sean circuitos.
Sería ideal que estos proyectos tuviesen recorrido amplio. Ahí ya entra la labor de los programadores de festivales y temporadas que muchas veces solo se interesan por lo más conocido. Esas apuestas faltan y a veces se busca en exceso el valor seguro, sin correr riesgos. La música olvidada se ha perdido por diversos factores: en la mayoría de los casos, no porque no tuviese calidad. Quedan tantos tesoros por descubrir en archivos y bibliotecas privadas. Por eso es importante estar alerta sin que por ello te deje de interesar cantar Schubert, Debussy o Mozart.
¿Percibe que ahora se respeta más a los músicos españoles desde fuera?
Creo que sí. Hacemos proyectos de música desconocida y apuestan por ellos desde el extranjero. Detrás de cada iniciativa hay muchos esfuerzos previos y un trabajo tremendo de estudios musicológicos. Y eso merece el mayor de los respetos.
Usted se ha animado a crear una discográfica propia.
Estoy muy contenta con este trabajo y mi profesión me parece un privilegio. Tengo un dúo junto al tiorbista Jesús Fernández Baena, y nuestro primer disco había tenido una acogida fabulosa. Está integrado por música española y del resto de Europa con texto en español perteneciente a colecciones extranjeras, de Francia, Italia o Inglaterra. La discográfica es una aventura más. Se llama Anima e Corpo . Y el disco se titula Yo soy la locura . Fundamentalmente nos permite trabajar con libertad a nuestro grupo La Galanía (junto conmigo están Fernández Baena y Pierre Pitzl en la guitarra barroca). Soy muy optimista sobre el futuro de todas estas iniciativas en nuestro país.
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