Alfonso X, el 'Sabio' que hizo de la cultura una herramienta de poder

Esta muestra, que incluye los cinco códices originales alfonsíes conservados en la BNE y copias de otras obras compuestas por orden del rey, abre las actividades que celebran el nacimiento de Alfonso X en la ciudad de Toledo un 23 de noviembre. La capital castellano-manchega, precisamente, albergará en el Museo de la Santa Cruz, a partir de marzo, una gran exposición para ensalzar su figura.

Para abrir boca, esta muestra ubicada en la Antesala del Salón de lectura María Moliner, un lugar al que hasta hace poco solo podían acceder aquellos que tuvieran carné de investigador. Allí se encuentran accesibles al público códices originales del siglo XIII, algunas de las «joyas» que se conservan en la institución, como afirmó la comisaria Inés Fernández-Ordóñez . Entre ellas, el 'Fuero real' (1255) o la primera parte de la 'Grande e general estoria' (1270).

«Es un mito la crítica a la gestión política del rey puesto que cultura y política fueron de la mano –subrayó Fernández-Ordóñez–. Su objetivo era crear un nuevo modelo de estado centralizado en la figura del rey, que encarna el ideal sapiencial de la realeza».

Fueron varias las decisiones que hicieron de Alfonso X un precursor: a diferencia de otros reyes medievales, más preocupados por los libros de horas, el 'Sabio' centró su interés en los ámbitos de la ciencia, la historia, el derecho y el culto a la virgen; y no solo eso, para cimentar su autoridad, las obras que mandó componer a sus colaboradores iban precedidas de un prólogo que lo proclamaba como autor, algo que no se volvería común hasta el Renacimiento.

«El rey se arroga la autoría de los textos, una manera de investirse de autoridad, en la medida en que la sabiduría procedía de Dios», explicó la comisaria de la exposición. Así figuraba como modelo de sabiduría ante sus súbditos. Para reforzar su autoridad, además, se lo representaba en los libros, miniaturas en las que aparecía de forma idealizada, investido de los atributos regios, que muestran su clarividencia sobre el valor de la propaganda.

Otras de las decisiones que tomó Alfonso X fue apostar por la lengua romance, ya fuera el castellano –en los libros de derecho, historia o ciencia– o el gallego –en su colección de poemas a la Virgen–, en lugar del latín, con objeto de ser lo más popular posible. «El rey llevó lenguas vulgares a su máximo nivel físico. Les confirió un valor muy importante. Fue fundamental en el desarrollo terminológico del castellano», señaló Fernández-Ordóñez.

De las obras expuestas, la comisaria destacó la importancia del libro de las 'Siete partidas' , que incorporó las fuentes del derecho romano y canónico que circulaban por Europa, o la primera 'Estoria de España', en la que creó el molde estructural y narrativo que seguirían otros libros de historia elaborados posteriormente. En el ámbito de la ciencia, dedicó libros a la astrología porque entendía que conociendo la ciencia de las estrellas podría anticiparse al futuro para tomar las mejores decisiones.

Presente (derecho), pasado (historia) y futuro (ciencia), y el más allá, representado en la devoción a la Virgen. Otra joya de la muestra es una copia de la primera versión de las 'Cantigas de Santa María' . «El culto a la virgen es propio del siglo XIII», detalló la comisaria de la exposición, «y el rey se proclama como mediador entre la virgen y sus súbditos, como representante de dios en la tierra».