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ABC Cultural

Aburridos del mal

Pocas cosas pueden aburrir tanto como una ópera de Charles Gounod representada sin pasión creativa e ingenio. Y, precisamente, esa garra faltó en el estreno de «Faust» en la temporada de ABAO. Siguiendo la tradición, se apostó por contar con uno de los mejores tenores ... que, a día de hoy, podemos encontrar en los teatros de ópera: Piotr Beczala. Su voz, bella y de hermoso timbre, la bravura en el agudo y su canto sereno -y un poco frío también- hicieron que cristalizara en un «Faust» de referencia, inalcanzable para la mayoría de sus colegas. Sólo por él ya mereció la pena esta reposición de «Faust». Marcó, eso sí, un desnivel notable con el resto del reparto. De hecho, la Marguerite de Eva Mei quedó en un esbozo vocal del rol, salvo en el tramo final donde apenas afianzó una interpretación que no está a la altura de su prestigio. No tuvo la contundencia debida el Méphistophél_s del barítono Laurent Naouri, diablillo travieso sin mayor trascendencia mientras que el resto del elenco no fue más allá de una aseada corrección.

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