Los árboles, condenados
Reproducimos las primeras palabras publicadas en ABC por Alfonso Ussía: una carta al director publicada el 28 de noviembre de 1978
Muere Alfonso Ussía, maestro del columnismo español
Señor director:
Entre los próximos objetivos de E. T. A. destaca, con carácter primordial, por insólito y absurdo, el posible asesinato de los pinos. Los pinos majestuosos que pueblan y enriquecen en gran número las montañas del País Vasco han sido sentenciados a muerte ... bajo la acusación de «árboles fascistas e invasores». No importa —precisamente a quienes tienen como fin, antes incluso que su utópico y demencial independentismo, el de la descapitalización total de las provincias vascongadas— que estos árboles supongan una ilimitada fuente de riqueza, por su calidad maderera y capacidad de desarrollo a la ya menoscabada situación económica de Euskal-Herría.
No importa que la rentabilidad del pino sea en diez veces superior a la del roble, árbol adorado y símbolo del vasco, que une a su impresionante belleza una alarmante predestinación a la paciencia por su reconocida apatía de crecimiento. No importa que hasta nuestros días, robles y hayas, pinos y abetos hayan convivido en la paz silenciosa de los montes, ajenos al juego vil de los intereses y las pasiones del hombre.
La ceguera racista de un reducido, pero amparado sector del pueblo vasco, ha llevado el veneno hasta los árboles, en un intento irracional de romper la armonía de las montañas con las secuelas de un odio muy limitadamente curable.
Por sinrazones que tan sólo podría festejar un loco, los pinos han sido condenados a muerte. No se contenta la banda terrorista y su inconsciente complicidad popular con asesinar por la espalda a víctimas inocentes, ya sean ciudadanos civiles, miembros de las Fuerzas Armadas o funcionarios del Orden Público.
A partir de ahora también quieren matar a los árboles.
—Alfonso USSIA (Madrid)
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