LA LARGA GUERRA DEL SIGLO XX. SEGUNDA GUERRA MUNDIAL (xxxvii)

Ardenas y «Frühlingserwachen», fracaso de las últimas ofensivas germanas

«¡Hacia el Mosa!» De nuevo las divisiones «panzer» cabalgaban por las carreteras de las Ardenas. Habían roto las líneas estadounidenses y avanzaban victoriosas, mientras los aliados se sumían en la confusión. La operación «Wacht am Rheim», la Batalla de las Ardenas, había comenzado

Ardenas y «Frühlingserwachen», fracaso de las últimas ofensivas germanas

VÍCTOR JAVIER GARCÍA MOLINA

Tras el fracaso de la Operación Market-Garden , la campaña en el frente occidental había quedado ralentizada. El ejército alemán había sido capaz de reorganizarse y establecer unas sólidas líneas defensivas a lo largo de sus fronteras frente a las cuales las fuerzas aliadas, con ... sus recursos logísticos forzados al máximo, e incapaces de romperlas, se vieron forzadas a detenerse.

En el Este, los combates se concentraban en los Cárpatos y Hungría. La lucha sería encarnizada en torno a Budapest y el lago Balatón, donde la Wehrmacht fracarsaría en una de sus últimas ofensivas de la guerra, la operación Frühlingserwachen, ya en marzo de 1945.

Hürtgen

Durante el otoño, los angloamericanos lanzaron toda una serie de ataques con el objetivo de alcanzar el Ruhr y sus presas. El más importante tuvo lugar en torno a la zona boscosa de Hürtgen, donde los estadounidenses se vieron enfrascados en penosos y cruentos combates que durarían hasta febrero de 1945 para conseguir una fracción de terreno que para nada compensaba las bajas sufridas.

El único éxito fue la conquista de Aquisgrán en octubre de 1944, un golpe propagandístico considerable al ser la primera ciudad alemana ocupada por los aliados —y por lo significado de su historia, cuna del Imperio Franco de Carlomagno—, pero no reportó ventaja estratégica alguna.

En el mes de noviembre, con el puerto de Amberes plenamente operativo, los aliados comenzaron a resolver sus problemas logísticos. Por fin podrían pasar a la ofensiva y aplastar a los ejércitos de Hitler en el Oeste... Sin embargo, fueron los alemanes quienes atacaron: la Operación Wacht am Rhein (Guardia del Rin) era la última y arriesgada apuesta de Hitler por cambiar el signo de la guerra.

Manteniéndose por completo a la defensiva en el frente oriental, todos los recursos disponibles se iban a comprometer en un arriesgado ataque que, al igual que en 1940, debía romper el frente y cercar a los aliados. El plan era ambicioso, dos ejércitos panzer —el V y el VI— atacarían las líneas estadounidenses en las Ardenas, un sector relativamente tranquilo, y avanzarían en dirección a Bruselas y Amberes, cruzando el Mosa entre Lieja y Charleroi, para cercar a los ejércitos enemigos de espaldas al mar: un nuevo Dunkerque .

Las Ardenas

El sector de las Ardenas estaba escasamente defendido, en un frente sobreextendido, y con unidades novatas o en plena reorganización. Aun así, cualquier plan ofensivo alemán era inviable sin neutralizar el potencial aéreo aliado... Los precisos informes meteorológicos germanos auguraban una semana de mal tiempo a partir de la segunda quincena de diciembre. La aviación aliada no podría despegar de sus aeródromos.

Era el momento adecuado y de nuevo los panzer se pusieron en marcha: el ataque comenzó el 16 de diciembre de 1944 y los estadounidenses se vieron totalmente sorprendidos a lo largo de todo el frente, siendo sus posiciones rebasadas. Los cuatro primeros días de la ofensiva alemana serían críticos. El caos se instaló en el Alto Mando aliado, que sufrió su mayor crisis de toda la guerra.

La situación en el frente era parecida, con las unidades del ejército de los EEUU sumidas en la confusión, mezcla del impacto del ataque alemán y de las acciones de varias unidades especiales enemigas camufladas de estadounidenses… Pero la ofensiva alemana, que en realidad nunca había tenido muchas oportunidades de éxito, se estaba diluyendo. Las fuerzas norteamericanas se rehicieron prontamente, bloqueando a las divisiones panzer y ralentizando su avance, o directamente frenándolas como en Bastogne y Saint-Vith.

El tiempo despejó y la aviación aliada hizo su aparición. Las reservas de combustible germanas, siempre escasas, se estaban agotando: diciembre de 1944 no era mayo de 1940. Las fuerzas móviles de la Wehrmacht pronto se vieron atascadas entre la nieve y el barro en las angostas carreteras de las Ardenas. Las divisiones panzer no eran ya el temible puño. Estadounidenses y británicos contraatacaron y el 26 de diciembre los alemanes estaban derrotados. Los combates aún durarían dos semanas más, pero, contenida la marea alemana, los aliados ya podían pensar en la siguiente fase de la guerra: el cruce del Rin y la conquista de Alemania.

Ardenas y «Frühlingserwachen», fracaso de las últimas ofensivas germanas

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios