EL PNV VUELVE AL PACTO DE ESTELLA
De nuevo, el PNV se ha lanzado al rescate de la izquierda proetarra para recuperar el doble lenguaje del Pacto de Estella, acuerdo que quitó la careta al nacionalismo vasco supuestamente democrático
LAS sencillas razones del juez Eloy Velasco para prohibir la manifestación convocada para ... hoy en apoyo de los presos vascos son las que permitieron llevar la lucha judicial contra ETA a su máxima eficacia, porque son las que quitaron a esta organización todos sus disfraces. Los convocantes de la marcha cancelada eran una tapadera de «Herrira»; y «Herrira» es un grupo proetarra cuyas actividades están suspendidas cautelarmente, por orden del juez Velasco, en la medida en que pertenece al entramado de ETA. La conclusión no podía ser otra: ningún acto organizado directa o indirectamente por «Herrira» es lícito. Previamente el juez Pablo Ruz había autorizado la marcha por los presos de ETA, pero porque, según lo explicaba en su decisión, no le constaba oficialmente la relación de los convocantes con «Herrira»; de los lemas de la convocatoria no se deducía, según Ruz, que fuera un posible acto de enaltecimiento del terrorismo.
La hemeroteca demuestra que los cómplices políticos de ETA pocas veces han dicho o hecho cosas que, por sí mismas, fueran constitutivas de delito. Pero lo que cambió el curso de la lucha contra ETA fue, precisamente, la aceptación por los tribunales de justicia y por el legislador de que esta banda terrorista es un monstruo con varias cabezas, con la del frente político entre ellas. Pero algunos siguen viendo en ETA otra cosa. De nuevo, el Partido Nacionalista Vasco se ha lanzado al rescate de la izquierda proetarra para recuperar el doble lenguaje del Pacto de Estella, aquel acuerdo que quitó la careta al nacionalismo vasco supuestamente democrático, y convocar para hoy mismo, junto con Sortu, una manifestación de apoyo a los presos, que ocupe el espacio de la que ha prohibido el juez Velasco. No es más que una insolente provocación del PNV, que debería tener una adecuada respuesta por el Gobierno central, como la tuvo en 2000 con el Acuerdo de Estado por las libertades y contra el terrorismo.
Pero para esta respuesta también hace falta lealtad por parte del PSOE, que es lo que los socialistas vascos han roto, una vez más, votando a favor (San Sebastián) o absteniéndose (Vitoria) de las declaraciones promovidas por el PNV y Bildu contra la operación policial que se saldó con la detención de la abogada Arantxa Zulueta y otros proetarras. Con gestos así se renuevan los temores de que, antes o después, también el socialismo vasco buscará puentes políticos con la izquierda abertzale, como ya lo intentó durante la negociación entre ETA y el Gobierno de Zapatero. Lo importante es que el Gobierno de Rajoy no confunda sus prioridades y persevere en aplicar la legalidad a los terroristas y a sus testaferros.
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