La 'resurrección' del dodo: en «unos años» y con ADN de paloma
La compañía Colossal avanza en el sueño de recuperar al ave extinta, pero biólogos dicen que eclosionará un híbrido y advierten de dilemas morales
Pretende liberar los ejemplares en Isla Mauricio, hábitat original de la especie
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Recreación del dodo, extinto desde hace 300 años
En 'Alicia en el país de las maravillas', de Lewis Carroll, un dodo entrega a la niña protagonista un dedal como premio tras una carrera. Esta aparición estelar en el libro de aventuras hizo creer a muchos en el siglo XIX que el ave era ... una criatura tan fantástica como el gato de Cheshire. Pero el dodo existió y tuvo una vida próspera y apacible sin depredadores naturales en su propio paraíso tropical, Isla Mauricio, al este de Madagascar, hasta que, a finales del siglo XVI, los colonos desembarcaron en sus costas. Con ellos lo hicieron también ratas, cabras, perros, monos, cerdos y ciervos. Todos encontraron deliciosos los huevos de dodo. El ave, que solo ponía un huevo por año y era incapaz de volar, se vio abocada a la perdición. Aunque hay distintas versiones sobre el último avistamiento oficial, la fecha de su extinción se sitúa en torno al año 1690.
La compañía estadounidense Colossal Biosciences, interesada en volver a traer a la vida a especies extintas, como el mamut o el lobo gigante, también tiene al dodo como uno de sus objetivos. Recientemente, anunció haber dado un paso crucial para lograrlo: el cultivo durante semanas de células germinales primordiales (CGP, precursoras de óvulos y espermatozoides) de palomas de Nicobar, el pariente vivo más cercano al dodo.
El trabajo es clave en la ingeniería genética del dodo. En estas células se introducirán genes del ave extinta recuperados de huesos y plumas de ejemplares de museo. Una vez editadas, podrían introducirse en embriones de gallinas modificadas para que actúen como madres sustitutas. Cuando se reproduzcan, producirán crías con el ADN editado. El avance ha reducido la expectativa de 'desextinción' –un término tan nuevo que no aparece en el diccionario– del dodo de varias décadas a solo «unos años», asegura a este periódico Beth Saphiro, directora científica de la empresa de biotecnología con sede en Texas.
Este paso es fundamental porque la 'desextinción' de las aves es diferente a la de los mamíferos. En el mamut, por ejemplo, los investigadores pueden emplear la clonación, que consiste en extraer el núcleo de un óvulo y reemplazarlo con un núcleo editado. Pero como las aves nacen de huevos, eso no es posible con el dodo y hay que recurrir a la técnica del lasCGP. «Es más compleja y requiere que dominemos el mantenimiento de las células madre pluripotentes vivas y su multiplicación en cultivo. Antes de nuestro trabajo, este protocolo solo se conocía para pollos y gansos. Nuestro equipo dedicó más de un año a perfeccionarlo para las palomas», explica Saphiro.
Ahora, los científicos de Colossal se encuentran inmersos en otro de los grandes desafíos del proyecto de desextinción: inferir con precisión los cambios genéticos que definen los rasgos específicos del dodo. «Nuestro objetivo es crear un ave funcional y ecológicamente equivalente al dodo original: del mismo tamaño, apariencia y función ecológica. Nos comprometemos a aproximarnos lo más posible», subraya.
Sin duda, no será fácil. Aunque el milagro de la ingeniería genética funcionase, ¿cómo podría un dodo, un animal que se dice medía un metro de altura y superaba los 10 kilos, salir del huevo de una gallina? «Los dodos no eran tan grandes como muchos creen –dice Saphiro–; su tamaño era comparable al de razas de gallinas grandes. Las gallinas también ponen huevos de distintos tamaños y, lo que es más importante, crecen casi por completo después de la eclosión. Así que un polluelo de dodo podría, sin duda, salir del huevo de una gallina y luego alcanzar su tamaño adulto completo, como cualquier otra ave».
A la izquierda, un pollo genéticamente editado. El avance ha requerido una tecnología de vanguardia
Otra incógnita es cómo se comportará la criatura que nazca: ¿se quedará igual de pasmada frente a los depredadores como el dodo original (lo que le valió la injusta fama de tonta)? ¿Se dará baños de arena como las gallinas?. «Muchos de los comportamientos están genéticamente programados, por lo que esperamos que los instintos básicos surjan de forma natural. Sin embargo, otros, como las estrategias de búsqueda de alimento y los patrones sociales, podrían requerir aprendizaje, por lo que nuestro plan de reintroducción incluye una cuidadosa socialización y observación». Tampoco descarta conseguir un 'súperdodo', un ave mejorada. «Nuestro objetivo es crear animales capaces de prosperar en hábitats actuales y futuros, lo que significa que podríamos optar por modificaciones para lograrlo. El mundo ha cambiado desde la extinción del dodo: nuevas enfermedades, cambios climáticos, la continua presencia humana... Si las modificaciones bien pensadas pueden ayudar al dodo a prosperar en su Mauricio natal, es algo que sin duda consideraríamos», dice.
Los anuncios de Colossal se reciben siempre entre la expectación y la cautela en la comunidad científica. Principalmente, porque no suelen ir acompañados de una publicación en una revista revisada por pares, requisito habitual de la ciencia seria. «Como el genoma del dodo no está publicado, no sabemos qué porcentaje se ha recuperado. En la web de la firma se indica que es de alta calidad (de media, se ha leído cada letra del genoma hasta 50 veces), pero esto no dice qué partes del mismo están más o menos completas. Por lo tanto, tomando la metáfora del genoma como un libro de instrucciones, podría haber capítulos que falten. Tampoco sabemos cómo funcionaban los genes en el dodo en términos de metabolismo, inmunidad o desarrollo», señala Juan Antonio Rodríguez, investigador Marie Curie en la Universidad de Copenhague.
El investigador sí cree que el tamaño del dodo puede ser un problema: «Un dodo ponía huevos similares a los del avestruz. Así, se pretendería que una gallina gestase un huevo 20 veces mayor de lo habitual. Esto requeriría algún tipo de gestación o incubación externa. Si se piensa fríamente, estamos generando una quimera entre una paloma y un dodo gestada por una gallina. Creo que es más factible que la desextinción de un mamut, pero es más provechoso invertir esfuerzos para evitar que más especies se sigan extinguiendo al ritmo actual». Con todo, el nuevo trabajo con CGP «supone un gran avance. Como ocurre con la tecnología militar, puede ser moralmente reprobable, pero es innegable que contribuye a desarrollar la tecnología y a generar conocimiento».
Marc Marti-Renom, del Centro Nacional de Análisis Genómico (CNAG) y el Centro de Regulación Genómica (CRG) considera que lo que hace Colossal no se puede llamar 'desextinción', «ya que los individuos que nacen, ya sea un lobo blanco, un mamut o un dodo, son genéticamente más parecidos a las especies actuales que a las extinguidas». La compañía ha resuelto «problemas complejos», pero la criatura que nazca, «aunque se parezca, no será un dodo».
Problemas éticos
Carles Lalueza Fox, director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona e investigador del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), matiza que habría que definir qué se entiende por 'desextinción', «porque los de Colossal parecen haber llegado a una definición que no es la que entiende la mayoría de la gente. Si se comprende como la creación de organismos muy parecidos genéticamente a una especie extinta, no lo sería. Si lo aceptamos como un organismo que se parece al extinto en algunos rasgos, como el plumaje o el pelaje, entonces podría serlo». A su juicio, el trabajo de Colossal «es una mezcla curiosa entre buena ciencia (el avance anunciado) y un marketing desproporcionado».
Pero, sobre todo, a Lalueza Fox le preocupan los problemas éticos de esa 'desextinción': «Son casi innumerables». Para empezar, «¿qué haríamos con esta paloma modificada genéticamente, incapaz de volar? ¿La dejaríamos por ahí, en Isla Mauricio? ¿Para hacer qué exactamente? ¿O la tendríamos en unas instalaciones de Colossal en Texas, para que la gente fuera a verla? Ninguna de las opciones planteadas me parece coherente».
La compañía ha dicho que pretende reintroducir los ejemplares modificados en Mauricio, para lo que se ha creado un comité asesor con las autoridades de la isla. Pero todavía no está claro cómo se realizará este proceso, si las aves vivirán en una especie de reserva o qué cambios harán falta en el hábitat para evitar que
la nueva población se encuentre con enemigos similares a los que llevaron a la extinción al dodo original hace 300 años. Shapiro tiene como meta «una verdadera resurrección genética en la medida en que la ciencia lo permita», pero «en última instancia, lo más importante es crear un ave que pueda ocupar el nicho ecológico del dodo y restablecer el equilibrio del ecosistema de Mauricio».
¿Pertenecerá el nuevo dodo a Colossal, su creador? «Todos deberíamos tener una responsabilidad compartida», responde Saphiro, haciendo referencia a científicos, gobiernos y comunidades locales. Para la jefa científica, «el dodo es el símbolo más reconocible del mundo de la extinción provocada por el hombre. Vemos la oportunidad de transformarlo de un icono de pérdida en un icono de esperanza: prueba de que la humanidad puede revertir los errores del pasado». Por eso, «usar la ciencia para corregirlo no es jugar a ser Dios, es asumir la responsabilidad. Contamos con herramientas sin precedentes para reparar el daño causado. La pregunta no es si debemos usarlas, sino cómo podemos usarlas correctamente».