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Los cerebros ya crecen en los laboratorios

Los organoides cerebrales no pueden pensar igual que nosotros, pero sí abren la puerta a revolucionar la investigación y los tratamientos de enfermedades neurológicas

Permiten pruebas que serían imposibles con cerebros humanos vivos y podrían ser una alternativa al uso de animales de laboratorio

Crean unos 'minicerebros' de neandertal con tijeras genéticas

Cada organoide cerebral, como el de la foto, apenas alcanza unos milímetros; sin embargo, son excelentes especímenes de tests y con una materia prima sencilla: células de piel humana F. MORA-BERMÚDEZ ET AL., ELIFE
Patricia Biosca

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La ciencia es capaz de cosas sorprendentes: se cortan y se pegan genes para conseguir, por ejemplo, mosquitos que no propaguen la malaria; se crean 'embriones quimera', híbridos entre humano y mono, para estudiar los primeros momentos de la vida; o se 'cultivan ... ' todo tipo de órganos para probar medicamentos o entender enfermedades.

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