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El Tyrannosaurus rex descendió de una especie casi cien veces más pequeña

El Tyrannosaurus rex descendió de una especie casi cien veces más pequeña

En la película «Parque Jurásico», el Tyrannosaurus rex que aterrorizaba a los protagonistas tenía mucho que ver con el que todos tenemos en nuestro imaginario: un monstruo gigantesco de hasta catorce metros de longitud, grande como un autobús, con unos rasgos físicos estremecedores. Un cráneo enorme, unas poderosas mandíbulas, pequeños antebrazos y unas patazas traseras musculadas para ganar los cien metros lisos... Toda una pesadilla. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Chicago ha descubierto en la Mongolina interior (China) al ancestro de la familia, una especie de 125 millones de años con los mismos rasgos que sus parientes, pero mucho más pequeño. El Raptorex kriegsteini, como lo han llamado, medía poco más de tres metros de largo y tenía un peso similar al de un hombre actual. Aunque era casi cien veces menor, seguía teniendo la apariencia de una máquina de matar.

Precisamente, lo que ha asombrado a los paleontólogos es la capacidad que la especie ha tenido para mantener los mismos rasgos mientras crecía durante las decenas de millones de años en las que reinó en el Período Cretácico . Es decir, que el nieto es mucho más alto y fornido que su abuelo, pero «ha sacado sus ojos»... y el resto de sus rasgos.

El hallazgo ha sido publicado en la última edición de la revista Science y será presentado por el investigador Stephen Brussate en el décimo Simposio Internacional de Ecosistemas Terrestres del Mesozoico, que se celebra estos días en el parque Dinópolis, en Teruel. Según el paleontólogo Paul Sereno , que analizó el fósil junto a sus colegas, el Raptorex era un adulto joven cuando murió. Sus restos quedaron atrapados en un antiguo lago de China, sacados en una excavación ilegal y vendidos a Henry Kriegstein, un coleccionista privado.

Cuando llegó a manos de los científicos, el equipo examinó el cráneo, los dientes, hocico, espalda, hombros, brazos, pelvis y patas traseras del dinosaurio, para comparar sus características con las de los tiranosaurios más grandes. Para ello, los científicos realizaron moldes de los huesos y el cráneo, fragmentos que fueron analizados a la luz de un escáner en el hospital de la Universidad de Chicago. Además, se seccionó un fémur para ser examinado bajo un microscopio, lo que permitió conocer la edad del Raptorex: unos cinco o seis años.

Los investigadores concluyeron que el «diseño» del esqueleto del Raptorex se mantuvo a una escala mayor con alguna pequeña modificación en sus carnívoros descendientes, cuyos masas corporales crecieron hasta noventa veces más. La evolución dio lugar al gigantesco Tyrannosaurus rex. Este tenía una cabeza de 1,2 metros de largo, con una fuerte quijada que evolucionó hasta alcanzar la mayor eficiencia en la tarea de destrozar los huesos de sus presas. En posición vertical y sobre sus extremidades inferiores medía doce metros, y entre 4,6 y 6 metros de largo, con una poderosa cola que le permitía desplazarse rápidamente. Podía engullir 250 kilos de carne de una sola vez. «Es asombroso. No existe ningún ejemplo de otro animal que haya evolucionado para medir casi cien veces más», ha asegurado Sereno.

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