Titán, el objetivo de todos los telescopios
Titán, la luna de Saturno, es el planeta de moda. Un buen número de investigaciones se han centrado en las últimas semanas en las sorpresas que depara este mundo, posiblemente el más parecido a la Tierra, a pesar de las enormes diferencias de temperatura y ... condiciones atmosféricas que hay entre ambos. Quizás no sean tantas. Para empezar, los astrónomos reunidos la pasada semana en Río de Janeiro (Brasil) en la Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (UAI) demostraron que las condiciones ambientales de este cuerpo celeste congelado son muy similares a las que presentaba nuestra pequeña bola azul en el momento en que surgió la vida.
Precisamente, la posibilidad de que Titán haya albergado vida alguna vez podría resultar clave para conocer si hay más inquilinos en el Universo. De acuerdo a Jonathan Lunine , de la Universidad de Arizona en Tucson , esta prueba sería aún más importante que encontrar organismos en Marte -el primer lugar donde echar un vistazo, por las evidencias de la presencia de agua-, ya que cualquier vida en el Planeta Rojo podría haber sido enviada desde la Tierra a través de grandes impactos de meteoritos, o al revés. Una especie de contaminación cruzada. Este problema es menos probable en Europa, la luna de Júpiter, pero es difícil creer que sus océanos congelados puedan contener vida. Si ocurre en Titán, sólo habría que hacer simple regla de tres. Si hay dos planetas ocupados en el Sistema Solar, ¿cuántos podría haber en el Universo?
Una monumental borrasca
Titán parece más amable. Es cierto que está a -176 grados centígrados, una temperatura no muy favorable a encontrar algo que se mueva-, pero sobre su superficie llueve etano y se condensan nubes de metano. Ahora, los investigadores han descubierto que algunas de estas nubes son capaces de formar una borrasca momumental. Al parecer, se concentran sobre el trópico del planeta hasta formar una gigantesca borrasca con grandes precipitaciones, según han explicado los investigadores de la Universidad de Tucson en un estudio que publica esta semana la revista Nature .
Según los autores, esta borrasca tropical desencadenó una actividad de nubes a miles de kilómetros de distancia, lo que proporciona una posible explicación a los canales creados por líquidos observados cerca de la zona donde alunizó la sonda Huygens . Los científicos, dirigidos por Emily Schaller , utilizaron el telescopio Gemini North sobre el Mauna Kea de Hawai para seguir el desarrollo de este gran sistema de nubes que se originó en la troposfera de Titán en abril del 2008. En una semana, la actividad de las nubes apareció cerca del polo sur y más próxima al ecuador.
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