Confirman el origen de una potentísima emisión de radio cerca de la Tierra
El estallido rápido, 3.000 veces más intenso que los registrados hasta ahora, proviene de un magnetar en nuestra galaxia

Los estallidos rápidos de radio (FRB, por sus siglas en inglés) son uno de los mayores misterios astronómicos. Estos pulsos de radio de muy alta energía apenas duran milisegundos, pero en ese brevísimo parpadeo son capaces de producir tanta energía como el mismo ... Sol durante millones o miles de millones de años. Particularmente esquivos, su origen ha sido un misterio durante mucho tiempo. Tanto que, en un alarde de imaginación, incluso han llegado a ser atribuidos a civilizaciones alienígenas. Además, algunos de ellos se repiten, para hacerlos aún más intrigantes.
La resolución a este enigma dio un paso importante cuando, el pasado 28 de abril, varios radiotelescopios en todo el mundo registraban, por primera vez, una de estas ráfagas en nuestra propia galaxia , la Vía Láctea. Hasta entonces y desde su descubrimiento en 2007, solo habían sido detectadas a cientos o miles de millones de años luz de distancia.
FRB 200428 , como fue denominada, no solo era la primera FRB galáctica, sino que además pudo ser relacionada con fiabilidad con una fuente conocida, un magnetar , una estrella de neutrones con un campo magnético extremadamente poderoso, situado a tan «solo» 30.000 años luz, en la constelación Vulpécula.
Ahora, tres estudios publicados en la revista «Nature» confirman ese origen y muestran que la intensidad de la emisión fue 3.000 veces mayor que la de cualquier otra FRB extragaláctica medida hasta ahora. Según los investigadores, los nuevos hallazgos refuerzan la idea de que los magnetares podrían estar detrás de al menos algunos de estos fenómenos, quizás de todos.
«Calculamos que una explosión tan intensa proveniente de otra galaxia sería indistinguible de algunas explosiones de radio rápidas», afirma Pragya Chawla, del Departamento de Física de la Universidad McGill (Canadá). Es decir, si se hubiera producido en una galaxia lejana, habrá sido vista como un FRB convencional. Su proximidad es, por lo tanto, lo que permite confirmar que a los magnetares como su fuente más probable.
Los magnetares son estrellas de neutrones (formadas por los restos extremadamente comprimidos de la explosión de una supernova) que poseen campos magnéticos hasta mil veces más potentes que los de una estrella de neutrones convencional.
Señal poderosa
El estallido proveniente del magnetar galáctico SGR 1935 + 2154 fue detectado por el telescopio canadiense CHIME. La señal era tan poderosa que el sistema ni siquiera consiguió cuantificarla. La detección fue reportada de inmediato en The Astronomers Telegram , una web en la que astrónomos de todo el mundo informan de sus hallazgos. Otros equipos también detectaron la potentísima señal, entre ellos el de STARE2 , en EE.UU, un proyecto diseñado en el Caltech específicamente para tratar de detectar FRBs locales. Se trata de todo un logro, ya que las FRB son imposibles de predecir y la única forma de detectarlos es que los instrumentos estén observando continuamente.
La misma región del cielo fue monitoreada por el telescopio de 500 metros FAST en China, que no observó FRB 200428 pero sí realizó observaciones profundas y ofreció información sobre los eventos que subyacen a las ráfagas de radio rápidas. Además, los telescopios espaciales Swift de la NASA y el internacional Fermi comprobaron que el FRB llegaba acompañado de emisiones de rayos X y rayos gamma (γ) provenientes de la misma región del cielo.
Los autores creen que la prueba contundente de un origen magnetar para algunas FRB extragalácticas provendría, como en este caso, de la detección simultánea de una explosión de rayos X. Sin embargo, apuntan, es probable que esto sea en extremo complicado.
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