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La aparición de un extraño cráter doble aumenta el misterio del cohete que se estrelló contra la Luna

El impacto no concuerda con la trayectoria del principal 'sospechoso': un cohete chino varado durante años entre la Tierra y nuestro satélite

Dentro del recuadro, la zona del impacto del cohete NASA/Goddard/Universidad Estatal de Arizona
Patricia Biosca

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Ha sido menos tiempo del esperado, pero la NASA , concretamente el orbitador Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), ha conseguido encontrar el lugar del impacto donde los restos de un misterioso cohete -del que todavía no se sabe a ciencia cierta su origen- que se estrelló contra el lado oculto de la Luna el pasado 4 de marzo. Y el hallazgo, contrario a lo que pueda parecer, ha generado más preguntas que respuestas, ya que se ha observado un extraño cráter doble que desconcierta aún más a los astrónomos.

En concreto, se trata de un agujero de 18 metros de ancho superpuesto a otro de 16 , algo que no sería extraño del todo, ya que con el ángulo y la velocidad adecuados, podrían darse este tipo de impacto. Sin embargo, el principal 'sospechoso' del suceso, un cohete chino varado, tenía una trayectoria que no cuadra con este doble cráter. «Me desconcierta un poco, aunque no soy experto en impactos a alta velocidad como este», explica en un comunicado Bill Gray , astrónomo que dirige el programa Pluto Project , de rastreo de objetos espaciales lejanos, y primero en avistar y calcular la trayectoria del cuerpo. «Ha estado circulando la teoría de que si se tratara de un impacto en un ángulo poco profundo, podría crear un cráter alargado o doble; pero los restos del cohete chino Chang'e 5-T1 entraron a unos 15 grados de la vertical. Así que esa no es la explicación para este caso».

Imagen ampliada del cráter doble NASA/Goddard/Universidad Estatal de Arizona

Por su parte, Mark Robinson , investigador principal del equipo de LRO, propone que este impacto podría estar provocado por un objeto con una masa repartida de forma desigual, con partes más grandes en sus extremos. «Por lo general, un cohete gastado tiene masa concentrada en el extremo del motor; el resto de la etapa del cohete consiste principalmente en un tanque de combustible vacío. Dado que el origen del cuerpo del cohete sigue siendo incierto, la doble naturaleza del cráter puede ayudar a indicar su identidad», afirma en una nota emitida por la NASA .

«Ningún otro impacto de cuerpo de cohete en la Luna creó cráteres dobles. Los cuatro cráteres del Apolo SIV-B tenían un contorno algo irregular (Apolos 13, 14, 15, 17) y eran sustancialmente más grandes (más de 35 metros) que cada uno de los cráteres dobles. El ancho máximo (29 metros) del cráter doble del misterioso cuerpo del cohete estaba cerca del de los S-IVB», señala Robinson.

Estas cuatro imágenes muestran cráteres formados por impactos de las etapas del Apolo SIV-B: los diámetros de los cráteres varían de 35 a 40 metros NASA/Goddard/Universidad Estatal de Arizona

¿De quién es el cohete?

La polémica viene de lejos. En un primero momento, Gray señaló que el objeto en cuestión era la etapa superior del cohete Falcon 9 que SpaceX lanzó para poner en órbita el satélite Deep Space Climate Observatory (DSCOVR) en febrero de 2015. Sin embargo, otro análisis posterior reveló que su órbita no coincidía, según admitió el propio astrónomo. «Se parece más a la órbita de la etapa superior del cohete que lanzó la misión china Chang'e 5-T1 en 2014», indicó después. Varios trabajos posteriores independientes también apuntalaron esta posibilidad.

Sin embargo, el gigante asiático niega que los restos sean de uno de sus cohetes: «Según el monitoreo de China, la etapa superior del cohete relacionado con la misión entró en la atmósfera de la Tierra y se quemó por completo», dijo al respecto el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin . No es la primera vez que China es criticada por no gestionar de forma adecuada su basura espacial. Por ejemplo, el pasado año, la etapa central de 23 toneladas de su enorme cohete Long March 5B se estrelló sin control en el mar poco después del lanzamiento. Y, por norma general, piezas tan grandes se derriban de manera controlada por razones de seguridad.

Aún así, su teoría fue defendida en un primero momento por datos de seguimiento del 18 ° Escuadrón de Control Espacial de la Fuerza Espacial de EE. UU. (18 SPCS), que sugería que, efectivamente, los restos del cohete chino volvieron a entrar en la atmósfera en 2015. Pero Gray refutó esta información, aduciendo que este análisis estuvo basado en información extrapolada de las coordenadas de órbita, no en la confirmación real del hecho. Y parece ser cierto, ya que el 18 SPCS aseguró para ' SpaceNews ' que la etapa Chang'e 5-T1 que no tenía confirmación de su descenso hacia la atmósfera.

Estado del misterio: sin resolver

A pesar de que admite que los resultados son extraños, Grey sigue defendiendo su teoría de que, efectivamente, los restos del cohete chino son los responsables del doble cráter. «El objeto se identifica de manera bastante concluyente como el refuerzo Chang'e 5-T1. (Sin embargo, puedo entender completamente que la gente de LRO no quiera decir mucho sobre ese punto. Está bien para mí, como investigador no afiliado en el campo, exponer la evidencia y decir que no hay duda real al respecto. Podría ser más complicado para ellos)», escribe.

El astrónomo indica que el ministro de Relaciones Exteriores chino se equivocó (de forma no intencionada, según él) de nombre del cohete entre el Chang'e 5 -un cohete que transportó con éxito al primer rover que pisó la cara oculta de la Luna y que, como se indicaba, sí se estrelló en el mar- y el Change 5-T1, con una nomeclatura muy parecida. «Hubo cierta confusión por esto en gran parte por mi culpa: Inicialmente identifiqué erróneamente esto como un refuerzo para la misión DSCOVR de la NASA, una que en realidad escapó a la órbita alrededor del Sol. Luego, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China pensó que estábamos hablando del refuerzo Chang'e 5 en lugar del refuerzo 5-T1, pero son dos objetos diferentes. El impulsor CE-5 fue rastreado al regresar de la Luna e impactó en medio del Pacífico menos de una semana después del lanzamiento. El propulsor CE-5-T1 pasó más de siete años deambulando por el sistema tierra-luna, antes de llegar al otro lado de la luna el 4 de marzo de 2022».

Un hallazgo muy rápido

La NASA alertó de que aún habría que esperar meses para que algún orbitador lunar o nave encontrase los restos del impacto. Una previsión bastante optimista, ya que por ejemplo, para encontrar el cráter creado por el Apolo 16 S-IVB se tardaron seis años. En este caso, la colaboración entre Gray y la NASA, quienes de forma independiente redujeron el área de búsqueda a unas pocas docenas de kilómetros, permitió encontrar los restos de forma mucho más rápida.

«Estábamos bastante seguros de que el equipo de LRO tendría que buscar un poco alrededor de los sitios de impacto que señalamos. De hecho, el cráter del impacto se encontró a ocho kilómetros de donde lo puso el JPL y a unos 16 kilómetros de donde yo lo puse. Está un poco más lejos de lo que cualquiera de nosotros esperábamos, pero no es sorprendente», indica Gray.

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