David Castillo:«Barcelona está al servicio de una Generalitat a la deriva»

David Castillo imagina y se divierte con una Barcelona que rinde tributo a Ballard y los cómics apocalípticos de los años setenta. Lo que se cuenta en la novela, explica, «es una consecuencia de lo que nos está ocurriendo ahora mismo: la impunidad de los corruptos, los medios de comunicación convertidos en voceros de los políticos…». Las alternativas «idealistas» —tipo 15-M o la monja Forcades —, se le antojan tan peligrosas como el leninismo. En el siglo XXI, la historia se repite: «Haces una revolución y acaba gobernando Castro o Chávez. Luego, sus sucesores: Raúl Castro y Nicolás Maduro. Lo decía Sant Just: la libertad de hoy es la tiranía de mañana».

Autor de novelas tan barcelonesas como «El cel de l’infern» o «No miris enrere», Castillo reconstruye en «Barcelona no existeix» los espacios y ambientes que arrasó la metamorfosis postolímpica, como los bares del Barrio Chino. La ciudad, apunta, «sigue dándome juego como escenario, aunque ahora sea un turistódromo con franquicias y librerías cerradas».

La Barcelona de Xavier Trias, añade, «está al servicio de una Generalitat a la deriva». Los políticos catalanes, «han perdido la capacidad de negociar y no son creíbles: sólo les interesa tener la llave de la caja. Nos hacen creer que la tribu de aquí es mejor que la de allí, pero aquí y allí padecemos la misma corrupción…».

David Castillo se muestra escéptico ante el proyecto independentista: «Si te separas es porque has de construir algo diferente… Nos administraremos mejor, dicen, pero no explican cómo». En esta Cataluña «de banderita y cadena», Guardiola ganaría las elecciones: «Si pudieran prohibir al Español lo harían, como hicieron con los toros».