Tricotilomanía

La tricotilomanía es un comportamiento para las personas recurrente e irresistible. Se puede dar en niños pequeños, pero la edad en la que suele aparecer este problema es de los 9 a los 13 años. Este trastorno de control impulsivo, similar al de morderse las uñas, es más frecuente en mujeres que en hombres, la proporción es de 4 a 1.

Las personas que padecen tricotilomanía suelen arrancarse el pelo porque les provoca una sensación de placer tras vivir una situación de tensión o ansiedad .

Hay que tener en cuenta que la tricotilomanía suele comenzar a los nueve años, pero también puede darse en niños más pequeños. La forma más rápida para darse cuenta de si el pequeño tiene este hábito es cuando se perciben zonas del cuero cabelludo con escasez de pelo o al sorprender a un niño arrancándose un mechón de pelo. Puede ser algo puntual y no algo continuado. Para saber si es algo que se hace a menudo hay que observar otros síntomas propios de la tricotilomanía, como son:

- Cuando un niño se tira o retuerce el pelo con los dedos habitualmente.

- Cuando se le pregunta si lo hace y lo niega.

- Cuando el niño siente alivio o placer después de arrancarse el pelo.

- Si antes de tirarse del pelo se le ha visto tenso.

- Se traga el pelo que se arranca (tricofagia).

- Tiene episodios de ansiedad, tristeza o depresión.

- Tiene una mala imagen de sí mismo.

- Presenta otros comportamientos de autoagresión.

También arrancarse el pelo puede estar acompañado por una variedad de comportamientos rituales. Los pacientes pueden buscar meticulosamente un tipo particular de pelo para arrancarse o pueden asegurarse de que el pelo se saca de una manera particular.

Los pacientes pueden llegar a sentir vergüenza y tratan de camuflar la pérdida de cabello cubriendo las zonas calvas. Normalmente las personas que padecen tricotilomanía no suelen arrancarse el pelo delante de otras personas, como mucho delante de miembros de su familia. Algunos pacientes pueden llegar a arrancar pelos de otras personas, mascotas o incluso disfrutan sacando hilos de telas fibrosas.

La mayoría de los pacientes también tienen otras conductas repetitivas focalizadas en el cuerpo, como puede ser pellizcarse la piel o morderse las uñas.

No se sabe a ciencia cierta que provoca el impulso irrefrenable de arrancarse pelo, pero algunas teorías apuntan a que existen estímulos internos y externos como situaciones de cansancio, aburrimiento, sedentarismo, relajación y distracción. Otras teorías apuntan a que es una manera de regular la ansiedad y tensión crecientes en situaciones de estrés.

Cuando la tricotilomanía se inicia antes de los seis años, suele desaparecer antes de 12 meses. Sin embargo, en algunos casos es necesario recurrir a algún tratamiento farmacológico acompañado de apoyo psicológico.

El tratamiento primario para la tricotilomanía es la terapia cognitivo-conductual, con ella se intentan reducir los síntomas. Con esta terapia consiguen que los pacientes sean más conscientes de sus actos, reconozcan qué les lleva a arrancarse el pelo y aprendan a estrategias que les permitan sustituir el hábito de arrancarse el pelo . También puede ser útil la terapia cognitiva, que ayuda a identificar las creencias distorsionadas sobre arrancarse el pelo.

Normalmente estos tratamientos ayudan a reducir o a hacer desaparecer la tricotilomanía de la persona. Sin embargo, esta tiene que estar muy pendiente porque el pelo está siempre ahí y son muchas las ocasiones en las que se puede desencadenar este hábito.