Alimentos que no debes lavar antes de cocinarlos

Sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, en muchas ocasiones lavar algunos alimentos antes de ingerirlos puede ser contraproducente para nuestra salud y nuestra alimentación. Es por ello que hay que tener en cuenta a aquellos productos a los que el contacto prolongado con el agua no favorece en absoluto a la hora de cocinarlos, ya sea por razones alimenticias o por salud.

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Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), mantener estos cinco alimentos alejados del agua podría ayudarnos a evitar problemas en el futuro para nuestra salud:

Los huevos son uno de los alimentos por excelencia de nuestra dieta, aunque su cocción debe ser la adecuada si se quieren evitar infecciones por salmonela.

Aunque en muchas ocasiones estos productos suelen llegar bastante sucios, ya sea a causa de la tierra que desprenden de las cáscaras o de la suciedad que dejan las gallinas que los ponen, lo cierto es que es mejor conservarlos sin lavar para preservar la seguridad a la hora de ingerirlos.

Esto sucede porque el agua puede destruir la fina cutícula que impermeabiliza la cáscara del huevo , impidiendo que los gérmenes accedan a su interior. De esta manera, si se mantienen sin lavar los huevos, es más posible que no nos causen ningun tipo de infección alimentaria.

Así, desde la OCU recomiendan que, en lugar de lavarlo, se tengan en cuenta las siguientes medidas: evitar que el exterior del huevo manche el interior al romper la cáscara; no utilizar la cáscara para separar la yema y la clara; y tampoco cascar el huevo en el recipiente en el que se va a cocinar.

Hay otros alimentos que no están en esta lista por motivos de salud, sino nutricionales. Ese es el caso de las setas , a las que el agua podría quitarles el sabor si se lavan antes de cocinarlas.

Así lo explica la OCU, que considera que el agua con el que se limpian acaba siendo absorbida por la propia seta, forzando así que pierdan parte de la textura original de este alimento y, por tanto, también parte de su sabor y olor característico.

Por ello, recomiendan que, para limpiarlas sin perder textura, se escalden en agua hirviendo . Además, apuntan a que comerlas crudas no sería tampoco la mejor opción, por lo que aconsejan limpiarlas con un cepillo o un trapo húmedo para quitarles la tierra incrustada.

Aunque no es habitual lavar el pollo , hay personas que, aún a día de hoy, consideran que esta práctica puede evitar las intoxicaciones alimentarias. Sin embargo, esto no es del todo así. Lo apunta la OCU, que advierte de que, por motivos de salud, es mejor no lavar este producto .

La organización de consumidores recuerda que, para destruir las bacterias, será necesario cocinar el pollo por completo , evitando que ese quede crudo. Además, guardarlo en la nevera por debajo de los 4ºC también puede ser una buena opción para evitar la proliferación de gérmenes en la carne, que pueden provocar intoxicaciones en los humanos en caso de ingerirlas en este estado.

Las verduras que se venden en bolsa ( espinacas , lechuga, brócoli...) vienen ya preparadas para consumir sin ningún tipo de lavado previo. Aunque se pueden limpiar, estos productos vienen ya sometidos a procesos de higienización y han sido tratadas previamente con desinfectantes para evitar que cualquier tipo de patógenos puedan intervenir. Un relavado lo único que conseguiría es incluir más agua en el recipiente en el que se conserve.

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Por último, al igual que pasa con el pollo, lavar los filetes de cerdo y ternera puede no ser la mejor opción. Una limpieza con agua antes de cocinarlos puede provocar que estos alimentos pierdan sabor y propiedades nutritiva s.

Además, desde la OCU advierten que, para evitar las posibles infecciones provocadas por cualquier patógeno externo que actúe en esta carne, es mejor cocinar bien el filete , tratando de que este no quede crudo en ninguno de los casos.