Los coches híbridos, ¿tan ecológicos como se esperaba?

En este sentido, los investigadores Gonzalo Puig-Samper Naranjo y María Jesús García Martínez, de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), realizaron una investigación sobre todo el ciclo de vida de los coches híbridos (no enchufables) y los de combustión (tanto gasolina como diésel).

Gonzalo Puig-Samper destaca que este informe se diferencia de la mayoría en que se estudia todo el ciclo de vida. «Muchos estudios, especialmente de empresas o asociaciones, se limitan a la vida útil del vehículo. Si solo miras ese aspecto, los vehículos eléctricos sí son más sostenibles porque, por emisiones directas, son mejores que los de combustión», reflexiona.

Este investigador entiende que, en ese sentido, se promocionen este tipo de vehículos como una alternativa muy ecológica. «En las ciudades tienen una gran influencia en lo que es la calidad del aire. Pero no por ello quiere decir que tengan un impacto medioambiental global menor que otras tecnologías», advierte.

Así, junto con María Jesús García Martínez, estudió «no solo los impactos locales en la calidad del aire, sino también los que se están produciendo a lo largo de toda la la cadena de suministro».

En este sentido, y al cuantificar el impacto de los vehículos teniendo en cuenta su fabricación y toda su cadena asociada en la cadena de suministro, los impactos de los coches híbridos y eléctricos es mucho mayor que los de combustión.

«Necesitan una batería y, normalmente, son coches que tienen unos componentes realizados con unos materiales (las denominadas materias críticas) que están en zonas muy lejanas», expone Puig-Samper.

La extracción de estos materiales, su tratamiento y su transporte implican «una serie de problemas medioambientales, que no están ligados al cambio climático, pero que conllevan la acidificación terrestre o su eutrofización».

De hecho, en este informe se analiza especialmente la vida útil, tanto del vehículo como de las baterías que necesita. «Cuanto más larga sea, más evito tener que producir más baterías. Si tenemos que hacer un reemplazo a los diez años, el impacto que eso tiene en el cómputo total es muy grande», explica.

Por eso, lo que el estudio concluye es que, aunque híbridos y eléctricos sí que ayudan a mitigar el cambio climático en las condiciones actuales del mix eléctrico español, tienen una serie de impactos mucho mayores que los coches convencionales. Unas consecuencias que no se estarían produciendo en España, pero sí a nivel global.

Para este experto, lo realmente interesante de su análisis es que se está promocionando algo como completamente ecológico sin realmente saberlo, solo evaluando la situación local y sin contemplar el problema que es llevarte esos impactos ambientales a otros países.

Este no es el único informe que pondría en tela de juicio la sostenibilidad de los modelos eléctricos e híbridos. Así, los análisis de los grupos de presión Transport and Environment y Greenpeace sugieren que los vehículos híbridos enchufables (que funcionan con un motor eléctrico que utiliza una batería que se recarga enchufando o mediante un motor de gasolina o diésel a bordo) emiten un promedio de 120 g de CO2 por km, frente a los 44 g por km en las pruebas oficiales de laboratorio.

Otro informe realizado en Suiza también cuestionaba las bondades (especialmente las menores emisiones) de este tipo de vehículos. La publicación de los resultados de este informe conllevó, de hecho, que uno de los cantones del país decidiera eliminar las ayudas económicas que, hasta entonces, recibían este tipo de vehículos.

Preguntado a Gonzalo Puig-Samper por este aspecto, el investigador entiende que, al menos en España, la mayoría de las ayudas que reciben este tipo de coches están relacionadas con la calidad del aire. «Desde ese punto de vista, teniendo además en cuenta las medidas que se están tomando actualmente de bajar la velocidad velocidad máxima en ciertas calles a 30 km/h, el vehículo híbrido debería optar a este tipo de ayudas, porque circularían en un régimen eléctrico sin utilizar el motor de combustión interna».

Sin embargo, también añade que otro problema es la variedad de híbridos que empieza a haber en el mercado. «Hay una nueva generación, los denominados 'mild hybrid' o híbridos blandos, a los que habría que evaluar caso a caso, porque no todos tienen la misma autonomía ni la misma capacidad de conducir en eléctrico a determinadas velocidades», expone.

Este experto subraya que las conclusiones de su estudio se deben delimitar únicamente a España y su situación de mix energético. De hecho, asegura que informes parecidos realizados en la República Checa y Polonia proporcionan resultados diferentes. Depende mucho, así, de la dependencia energética del petróleo y otros carburantes que tenga la economía de cada país.

Es más, en el estudio realizado se hace una previsión de cómo puede ser esta sostenibilidad de los vehículos eléctricos e híbridos tanto en 2030 como en 2050. «Lo que concluimos es que los eléctricos y los híbridos sí que ayudarán a mitigar el cambio climático en estos escenarios». Pero, de nuevo, advierte que esto «podría ser completamente distinto en el caso de otro país».