Flores, ¿para difuntos o vivientes?
El crisanteno ha pasado a un segundo plano. Ahora, las floristerías venden más rosas y claveles
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La compra de flores para adornar las tumbas de los difuntos es una de las tradiciones más arraigadas en el Día de Todos los Santos y, aunque su destino final es el cementerio, los familiares cada vez optan más por comprar ... adornos florales parecidos a los que se preparan para llevar a casa .
Este es uno de los cambios que en los últimos años ha detectado Alicia, propietaria de la floristería «El Jardín» de Toledo, que, dentro de esta evolución, «ya no hay flores para muertos, ahora valen todas».
Mientras que en el pasado, el crisantemo era el favorito de esta festividad porque su floración coincide con la fecha, a día de hoy «se venden rosas, claveles y todo lo demás » y para los arreglos florales se utiliza toda la variedad que está disponible en las tiendas.
Del mismo modo que no hay una flor para este día, tampoco hay un color determinado y «la gente ya no se queda solo con el rojo porque es el de difuntos», sino que quieren que el ramo sea «colorido y bonito.
«Cuando un cliente llega a una floristería, sabe lo que quiere comprar. No es lo mismo que cuando van a un quiosco de la calle, que se llevan lo que hay», explica Alicia, que subraya que quien se acerca a su tienda para comprar un preparado floral para un difunto «uieren llevar algo que sea coqueto y distinto».
La festividad de Todos los Santos da a las floristerías un trabajo que es «distinto al del resto del año» , porque aunque insiste en que las flores se quieren «para decoración, en este caso el cementerio», los arreglos «son para lápidas, tienen que tener una sujeción o que quepan en un espacio normalmente reducido».
«Es sota, caballo y rey», resume Alicia.
Para las floristerías, la festividad de los Santos es la que da más trabajo del año, tanto que Eugenio Granados, propietario de «Flores Maravillas» de Toledo calcula que supone dos tercios del trabajo anual.
Y en concreto, el 31 de octubre concentra el 85 por ciento de todo lo que se vende para este día, porque supone que «el 1 de noviembre pueden estar a primera hora en el cementerio para llevar las flores».
Según sus cálculos, este año preparará unos 400 florales que se llevarán a los cementerios, una cifra similar a la de años anteriores, pues Eugenio asegura que en e ste tipo de compra en concreto no se nota mucho la crisis.
Lo que sí se ha notado, ha lamentado Eugenio, es la subida del IVA del 8 al 21 por ciento, trece puntos más de este impuesto que no ha conllevado un encarecimiento de las flores .
«La gente que viene, compra más o menos lo mismo» señala Eugenio, que sí ha detectado un cambio en las preferencias de colores.
Este año, las flores se prefieren en tonos suaves, como blancos, rosas o verdes y en combinaciones como rosa y blanco o blanco y verde, mientras que el «rojo ha bajado este año».
«Los tonos han bajado. Se nota que hay menos alegría», resume Eugenio.
Las floristerías comienzan a trabajar en el Día de los Santos después del 12 de octubre, cuando empiezan a comprar flores en subasta y montar centros de muestra.
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