cultura
Unamuno pasea por Salamanca
La compañía Kamaru Teatro «resucita» con la obra de García Jambrina la figura del pensador y recrea varios momentos de su vida en la capital

«Me apetecía descubrir a Miguel de Unamuno como personaje» asegura el profesor y escritor Luis García Jambrina, autor de la obra que la compañía Kamaru Teatro estrenó el viernes en Salamanca y que pondrá en escena durante todos los fines de semana de agosto a lo largo de un recorrido que gira en torno al pensador vasco cuando se cumplen 75 años de su fallecimiento en la capital salmantina.
Unamuno, asevera García Jambrina, «tiene la oportunidad y el privilegio de poder volver a la tierra y se le concede un día para que pueda dar un paseo por la ciudad de Salamanca, para que pueda ver cómo está España y la ciudad en este momento, y también para que pueda comprobar personalmente si se le sigue recordando y si ha dejado huella».
La ruta, denominada «Paseos teatralizados en torno a Unamuno», que además da título a la obra de García Jambrina y que se enmarca en el programa «Salamanca Plazas y Patios» promovido por el Ayuntamiento, se inicia en la Plaza Mayor, a la altura del medallón que en 1986 talló el escultor madrileño Óscar Alvariño con motivo del cincuenta aniversario de la muerte del filósofo nacido en Bilbao en 1864. Actores y público continúan después por las calles de Bordadores, donde se ubica la vivienda en la que falleció Unamuno y su estatua, y Compañía, para proseguir hasta la Universidad, la Casa Museo Unamuno (antigua casa rectoral) y concluir en la plaza de Anaya.
García Jambrina define de «encargo motivado» su obra, porque siempre le «había interesado» el pensador como «personaje y no sólo como escritor e intelectual». Con ella pretende conservar «la simbiosis perfecta que Unamuno mantuvo con Salamanca» y, al tiempo, «hacer un retrato» del que fuera rector de la Universidad salmantina, «humanizarlo y desmitificarlo un poco», dado que «creó de sí mismo un personaje muy popular, pero se le conoce de una manera muy parcial».
«Se trata –añade– de mostrar todas sus contradicciones internas y a un Unamuno más cercano en relación con su mujer y con los personajes, y además en los cinco lugares por los que transcurre la obra se introducen un poco sus grandes obsesiones: la inmortalidad, la eternidad, la supervivencia a la muerte, la madre y todos los grandes temas con alusiones a su producción literaria».
Ciclo vital
A largo de casi una hora que dura el recorrido, Unamuno, encarnado por Alfonso Asenjo, va dialogando con varios personajes que interpretan la actriz Beatriz Hernández Iglesias y el actor Alberto Cabrero Calvo. En primer lugar lo hace con «una joven actual que se lo encuentra en la Plaza Mayor, luego con su mujer, después con algunos de sus personajes más conocidos y al final vuelve otra vez con la joven del inicio. Es como el ciclo vital del escritor», explica el autor de la obra.
No obstante, García Jambrina reconoce que le cautiva «mucho» mostrar «la vigencia de Unamuno» porque, en su opinión, «supo penetrar muy bien lo que es el pueblo español y cómo es, para bien y para mal». En las actuales circunstancias, el pensamiento del filósofo «vuelve a cobrar actualidad, dado que las alusiones a la crisis vigente se corresponden con situaciones que él vivió».
Asimismo, la obra, que dirigen Carlos Vicente y Alfonso Mendiguchía, incluye alusiones a «los grandes episodios de su vida, tanto personal como su participación en hechos históricos» entre ellos, «el discurso en el Paraninfo de la Universidad en octubre de 1936 o la bienvenida a la República desde el Ayuntamiento».
De «gran figura» califica el profesor García Jambrina a Unamuno, del que dice que «se fue haciendo a través de la palabra y de sus escritos creando una especie de personaje muy contradictorio, muy complejo, a veces muy arbitrario, y con un ego muy fuerte, del que era consciente». Desde su punto de vista, es «uno de los grandes intelectuales de la historia de España y, sobre todo, del siglo XX. Eso debería ser un gran referente a la hora de recuperar la moral pública en los momentos actuales y, aunque cometió muchos errores lo hizo a conciencia porque siempre hacía lo que pensaba, aunque su pensamiento no se concretaba en ideas estables, sino que iba cambiando».
«Desmitificado»
«No se casaba con nadie» concluye el escritor, quien reconoce que ve a Unamuno como «un personaje heroico moderno y trágico destinado al fracaso, dado que su modelo era Don Quijote, pero tal y como él lo veía y al que quiso encarnar en vida y obra. Al final, acaba enfrentándose a los enemigos, a los militares del bando franquista y termina muriendo en su casa sentado en zapatillas ante la mesa camilla».
Los directores de Kamaru Teatro, Julián Fonseca y Rubén Salinero, revelan que con la obra de García Jambrina han descubierto a «un Unamuno más desmitificado» y consideran que lo que le estaba llegando al público hasta ahora era «el que siempre se ha mostrado en Salamanca: el rector y el exiliado, y poca gente conoce su faceta de dramaturgo. De ahí que la obra enseñe la parte menos conocida: la más humana y cercana».
«La gente –afirma Fonseca– no tiene disculpa para perderse la representación», de la que esperan que el público «se vaya con un haber pasado un buen rato y haberse olvidado de los problemas que hoy existen».
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