Turquía estudia intervenir en el norte de Siria contra las milicias kurdas

«La cooperación entre la organización terrorista PKK y el PYD es algo que no podemos ver de forma favorable. Si hay formaciones que se están estableciendo ahora que culminen en operaciones terroristas, intervenir [en Siria] es nuestro derecho natural, dado que sería un paso hacia la perturbación de nuestra paz nacional. No podemos permitirlo», aseguró anoche el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogán , en una entrevista televisiva. «Estas son regiones delicadas. No toleraremos la cooperación del PKK con ninguna otra organización en esta zona».

Ayer, la cúpula política y militar de Turquía mantuvo una reunión urgente de seguridad para tratar este asunto. «Las actividades de la organización terrorista separatista en nuestro país y en los países vecinos han sido discutidas. Las medidas adicionales a tomar en todos los campos respecto a nuestra seguridad nacional fueron también discutidas en la reunión», se lee en el breve comunicado hecho público tras el encuentro. Por ahora, no se ha indicado cuáles son esas «medidas adicionales», lo que ha desatado la especulación sobre posibles operaciones militares en las regiones kurdas de Siria , similares a las que el ejército turco realiza regularmente en el Kurdistán iraquí contra las bases del PKK en los montes Kandil.

Mientras tanto, algunos medios progubernamentales han vuelto a recuperar el viejo tema de la invasión militar para crear de una «zona tapón» en el norte de Siria, una idea que Ankara siempre ha supeditado a la existencia de combates en Alepo , que ya son una realidad, y a la llegada masiva de refugiados a territorio turco. El diario «Today’s Zaman», cercano al gobierno, incluso se atreve a aventurar desde dónde podría partir la intervención: de la zona de Kirikhan , en la provincia fronteriza de Hatay , donde se encuentra la base militar de Iskenderun . A escasos kilómetros se encuentra la localidad siria de Afrin, una de las ciudades en manos de los milicianos kurdos, situada en la ruta hacia Alepo.

Además de esta ciudad, las Fuerzas Populares controlan también Kobani, Amude, Derek y Sari Kani, y se enfrentan desde hace varios días a las fuerzas de seguridad en Qamishli, la capital no oficial de las regiones kurdas de Siria. Algunos militantes, además, están entrenándose en la zona kurda del norte de Irak, según admitió hace varios días el presidente del Gobierno Regional del Kurdistán iraquí, Massud Barzani , en una entrevista con la cadena catarí Al Yasira. «Cierto número de kurdos sirios que desertaron del ejército sirio y se refugiarón en el Kurdistán [iraquí] han sido entrenados aquí. El objetivo principal es capacitar a estos soldados para proteger sus áreas en Siria, y llenar el vacío de seguridad que seguirá a la retirada total de las fuerzas del régimen de las áreas kurdas en Siria », indicó Barzani. «Los kurdos sirios entrenados están todavía en el Kurdistán [iraquí], y se les enviará de vuelta en cuanto el Comité Supremo Kurdo de Siria los necesite», añadió.

Esta situación preocupa también a muchos miembros del Consejo Nacional Sirio . El veterano opositor Kamal Al Labwani , árabe suní, aseguró hace dos días que el gobierno regional de Barzani había enviado combatientes «peshmerga» (soldados kurdos del norte de Irak) a ayudar a los milicianos kurdos de Siria. «Tenemos informaciones de que cierto número de "peshmerga" han entrado en las áreas kurdas de Siria y están combatiendo ahora codo a codo con otros grupos armados kurdos», afirmó en una entrevista con la televisión Al Arabiya.

Este extremo ha sido negado por varios activistas kurdos de Siria, entre ellos por Muhammad Salih Muslim , líder del PYD: «Las fuerzas "peshmerga" son nuestros hermanos y no tenemos ningún problema con ellos. Pero el Kurdistán sirio no necesita asistencia de las fuerzas "peshmerga" en este momento. Y si esa necesidad llega, les pediremos ayuda», aseguró Muslim en una entrevista con el portal Rudaw, especializado en información kurda.

En entrevistas con activistas sirios, ABC ha constatado la profunda reticencia entre los opositores árabes a abordar la cuestión kurda en Siria, cuando no una abierta hostilidad hacia esta causa. Ahora, Turquía ha decidido entrar en la ecuación. Ocurra lo que ocurra con Assad, la receta para un nuevo conflicto está servida .