Simenon vive en Acantilado

Simenon es un tsunami. en sus novelas se referencia a más de 1.800 rincones de todo el mundo, dan vida a más de 9.000 personajes; hay 103 episodios de Maigret (75 novelas y 28 novelas cortas) en 117 novelas, que contienen 25000 páginas; sus obras completas publicadas bajo su patrónimo abarcan 27 volúmenes; más de 500 millones de libros vendidos ; traducido a 55 idiomas en 44 países. Un volumen de media.

Sus novelas de género la soledad, la inadaptación, el fracaso, los sueños imposibles que acaban en angustia; historias de desasosiego, de tristeza final y compasión inútil. Cafetines humosos, barrios desastrados, atmósfera con ruido a escombrera humana. Lo de menos es descubrir el asesino, lo que importa en el relato de Simenon es el dolor del hombre en soledad.

El maestro Manuel Alcántara cinceló así la lápida de Simenon: «Tenía una regla de oro con todas las criaturas: comprender y no juzgar. Por eso y porque creía que la pasión es una especie de dolencia se dedicó a la búsqueda de lo que llamaba el hombre desnudo».

Julián Marías era un devoto lector de Simenon, al que devoró durante más de medio siglo, leyendo y releyendo la inmensa obra de «uno de los mayores escritores del siglo XX, cuyo éxito fue y sigue siendo extraordinario, pero que no fue adecuadamente reconocido», escribía Marías en una de sus memorables Terceras de ABC.

No tuvo el premio Nobel Simenon, a pesar de su evidente superioridad sobre más de la mitad de los que lo han recibido. Algo semejante le ocurrió con Alejandro Dumas , recordaba Marías, que nunca ingresó en la Academia Francesa. La fecundidad de Simenon fue asombrosa; millones de ejemplares de sus libros, en todas las lenguas, «divirtieron y conmovieron a innumerables personas; algunas le guardamos imperecedera gratitud».