Kiko Veneno: «Dentro de 30 años, a David Guetta nadie lo va a conocer»
El artista celebra el 20 aniversario del lanzamiento de su álbum «Échate un cantecito» con una reedición especial, hoy a la venta. El miércoles actuará en la sala La Riviera de Madrid
estefanía magro
El artista Kiko Veneno lanza hoy, 29 de mayo, la reedición de «Échate un cantecito» , el álbum que publicó hace 20 años y con el que consiguió la fama como músico español en solitario. Este disco incluye dos CD –el original y ... un segundo con maquetas, versiones en directos, remezclas y dúos con otros artistas como Martirio, Andrés Calamaro y Albert Pla– un diario personal con sus inquietudes durante la grabación en 1992, y un DVD con actuaciones. Mañana, 30 de mayo, celebra las dos décadas de este disco «echándose unos cantecitos» en la sala La Riviera de Madrid.
¿Es la mejor manera de celebrar el 20 aniversario lanzando una edición ampliada de este magistral disco?
Me parece muy positivo. Lo vamos a celebrar por todo lo alto, porque hay muchas expectativas culturales
¿Es el disco más completo de su larga carrera musical?
Sí, no me molesta que me lo digan porque es preciso y completo.
El disco también incluye un facsímil de su diario de Londres de 1992 en el que recoge todas sus reflexiones e inquietudes vividas en el proceso de grabación de su gran disco, ¿No se siente desnudo al desvelar su mirada interna?
No, porque doy el contexto de lo que estaba viviendo en ese momento. Lo escribí para mí y mi familia, para recordarlo en el futuro. Después de veinte años, puede ser interesante para la gente que sigue escuchándome, para que vean lo que había alrededor de este proyecto, mi estado de ánimo y los materiales y herramientas que utilicé.
En el DVD recopila actuaciones en directo en programas como El Peor Programa de la Semana de TVE o Área Reservada de Radio 3, además de 5 temas grabados en 2007 en el Festival Internacional de Benicassim ¿Por qué decidió esos tres escenarios?
Ahí no tuve mucho que ver. Se trataba de regalar a la gente algo bonito. Son versiones de canciones de «Échate un cantecito». Pero había muy poco material. No había donde elegir porque, por aquél entonces, no existían muchos programas de televisión. Antes había pocos, pero ahora ninguno. Se ha editado para que la gente descubra lo que no había visto ni escuchado antes. Es entretenido y curioso, sobre todo, para los fans.
Dedica el disco a Santiago Auserón (Juan Perro), ¿qué significa esta persona en su vida?
Es muy importante porque me ayudó a nivel de producción, a poner las ideas y el procedimiento de mi trabajo en orden y así poder grabar «Échate un cantecito» (1992). Él fue quien me convirtió en músico. Antes no podía vivir de la música, desde entonces sí.
El miércoles (30 de mayo) celebra en Madrid «Échate un cantecito» ¿Qué sintió cuando le dijeron que no cantaba en la Joy Eslava sino que, debido a la demanda de las entradas, iba a actuar en La Riviera?
La Joy me gusta más porque es más íntimo y en La Riviera la acústica es más difícil, pero lo bueno es que va a haber más gente; será un día grande.
¿Va a haber alguna sorpresa en el concierto? ¿algún artista invitado que le acompañe?
No, no hay ninguna propuesta prevista pero estoy abierto a lo que pueda pasar. Si alguien quiere subir al escenario, adelante. Sobre todo, lo que vamos a intentar es que la gente se lo pase muy bien porque son ellos los protagonistas de este reencuentro.
¿Qué siente cuando sales al escenario al empezar un concierto?
Depende, la última vez que toqué en La Riviera me sentí que sonaba fatal. Pero siempre siento la música, las ganas de llegar a la gente, y que el público disfrute con lo que estoy haciendo.
Tendremos nuevo disco junto al artista y compositor uruguayo Martín Buscaglia . ¿Qué tal fue la grabación en Montevideo?
El disco saldrá este año, en julio, pero solamente en América.
¿Por qué sólo en América?
«Con historias, las canciones tienen mucho más alcance»
Porque aquí hay muy poco trabajo. El mercado americano, ahora mismo, es muy emergente y, además, me hace mucha ilusión hacer una gira por allí el año que viene. Los discos sólo los sacan las compañías para los países locales porque las multinacionales sólo organizan lo que les interesa. Quiero algo más global y por ello tengo que irme a América a grabar los discos.
¿Lo han terminado?
Todavía estamos grabando. A final de mes nos vamos a Los Ángeles a mezclarlo. En el mes de julio estará listo.
¿Pero este año tendremos nuevo disco en nuestro país?
En España saldrá nuevo disco en septiembre u octubre, pero todavía no sé cómo se va a llamar. Tengo varios títulos pero aún no me he declinado por ninguno, y tampoco te lo puedo desvelar (risas). El músico y compositor Refree (Raúl Fernández) es mi productor.
El periodista Diego Alfredo Manrique ha dicho, entre otras cosas, que usted es un filósofo callejero ¿cree que es la mejor definición de Kiko Veneno?
Sí, me identifico. Soy filósofo de la calle y los bares, no de libros y de estudio. Soy más de andar por casa, callejero.
¿Qué tal fue su participación en el documental «Dame veneno» (2007) con el director Pedro Barbadillo?
Fue muy bonito porque se hizo una recreación de la historia de la música de Sevilla de aquella época.
¿Qué pensó cuando le dijo que quería hacer un documental repasando la trayectoria del flamenco, que en aquél momento, Camarón, Veneno y Pata Negra, en la segunda mitad de los 70, fueron una revolución en el mundo de la música?
La herencia fue de los Smasch. Triana y Lole y Manuel fueron la auténtica revolución de la música. Después llegó Veneno y Pata Negra.
¿Se sintió revolucionario en aquella época?
«Estamos volviendo a que la música sea de minorías»
Lo éramos. Estábamos cambiando la perspectiva de la música, con poca vergüenza y estableciendo cánones nuevos, y la hondura de las letras. El cambio de la música, el cante y el baile. Hicimos algo nuevo para renovar el género. «La Leyenda del tiempo» de Camarón fue una auténtica revolución.
Kiko, usted ha tocado en varios festivales de música indie como el SOS 4.8, FIB, Sonorama o el JamonPOP, ¿Qué grupos de indie le gustan?
Me gustan bastante Los planetas, Lory Meyers, Triángulo de Amor Bizarro. No son gente muy famosa pero son muy interesantes.
¿Cómo fue su experiencia al tocar en el FIB con un público distinto al que está acostumbrado?
En el FIB había un montón de público verbenero y cervecero. Fue un ambiente de lo más familiar. Eran todos españoles, ya que no vino a verme ningún inglés. Tocamos en semiacústico, guitarras con percusión, en uno de los escenarios pequeños, pero aquello se llenó; unos 4.000 ó 5.000 españoles me acompañaron. Fue muy divertido encontrarte en ese reducto de música española en un festival dedicado, sobre todo, al panorama internacional. Nos lo pasamos muy bien.
¿Qué le parece que en este tipo de festivales lleven a artistas completamente diferentes los uno de los otros, como por ejemplo, este año en el FIB en el que estará Bob Dylan y David Guetta?
Me parece bien, lo único que dentro de 30 años a David Guetta nadie lo va a conocer. Por el contrario, a Bob Dylan sí. Guetta también tiene su público, gente festivalera, adolescentes; es quizá más efímero pero puede ser interesante. Es muy espectacular pero de corto alcance. Pero también son necesarios en este tipo de fiestas porque no todo tiene que ser profundo como Bob Dylan.
¿Cómo ve a la industria musical?
La industria musical nunca la he visto muy clara, pero ahora sí que ni la veo. Antiguamente estaban unos señores, con coches caros que iban a sus grandes oficinas, que ganaban un sueldazo y gastaban el dinero en cosas inútiles, en fin, como cualquier industria española. Pero ahora es una artesanía. La gente que está en ella es la que realmente tiene una devoción de verdad por la música. Arte con más fundamento. Lo que está viviendo la música ahora me recuerda a cuando tenía 16 años que en pocas casas había tocadiscos. Los Beatles estaban cambiando el mundo pero pocas personas los escuchaban, quien lo hacía eran iluminados, poperos, que nos gustaba la música moderna. Después llegó el boom y les gustaba a todo el mundo, pero era mentira, lo que gustaba era el ladrillo y la burbuja, y con apariencia de gustarles la música. Estamos volviendo a que la música sea de minorías,como cuando empezó. Pero la música es un espectáculo mucho más masivo y compartido, pero todo tiene sus subidas y bajadas.
¿Cree que el futuro es la producción propia?
La artesanía y la producción digital permite que la gente pueda grabar incluso en sus casas, tener la tecnología a su servicio. Pero siempre existirán estudios de grabación y sistemas más especializados. No sabemos lo que nos va a deparar el futuro, seguramente una mezcla de todo ello.
¿Cómo cree que debería enfocarse la gestión de derechos de autor? ¿Cree que la SGAE cambiará de rumbo con su nuevo presidente Antón Reixa?
«La industria musical nunca la he visto muy clara, pero ahora sí que ni la veo»
Están en ello, la gente lo ve necesario. Es una empresa privada y los recursos artísticos nos competen a todos. Es muy importante que los autores puedan vivir de su trabajo. No todo el mundo es intérprete. Está muy bien que todos los autores tengan un estatus. Como cualquier trabajador, si esas canciones gustan a la gente, que la sociedad pague por ello para que los autores puedan vivir de su trabajo.
¿Qué ingredientes tiene que tener una canción para llegar tan lejos como «En un mercedes blanco» o «Lobo López»?
En «Échate un cantecito» empecé a contar historias. Parece que cuesta más, pero al final, cualquier detalle va a maximizar el mensaje. Con historias, las canciones tienen mucho más alcance. Y sobre todo alegría, musicalidad, buena poesía, humor y muchas ganas.
¿Cómo aprendió a tocar la guitarra? ¿Y por qué empezó?
Empecé a tocarla con 14 años porque mi hermana tenía una. Con 17 años empecé a tocar acordes más complejos. Me gustaba interpretar canciones de Bob Dylan, y cosas fáciles de Los Beatles. Cuando conocí a Raimundo Amador tenía 22 años y me vicié del todo.
¿Qué pensó o sintió cuando Los Delinqüentes anunciaron su temporal separación?
Me parece bien. Son muy queridos y han hecho un trabajo muy bueno. Les tengo mucho cariño y respeto. Tienen mucho que dar todavía.
¿Hacia dónde se dirige ahora el flamenco? ¿tiene futuro?
Quisiera creer que sí. Está parado pero está evolucionando mucho la guitarra, el baile, es decir, el concepto teatral; pero se está desarrollando menos el cante. Pero son corrientes que van y vienen, y, seguramente, dentro de unos años aparecen cantantes que producen cosas nuevas, porque se está agotando el cante, es siempre lo mismo.
¿Qué ha cambiado en su vida desde aquél «Me siento tan feliz» en la Bola de Cristal en los años 80?
Como la vida de cualquier persona. Ahora ya soy viejo. En algunas cosas hemos mejorado, y en otras no tanto.
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