La nueva vida de Nicolas Sarkozy y Carla Bruni

Hace meses, durante la última Cumbre del G20 , en Cannes, Sarkozy ironizó: “Si algún día dejo de ser presidente de la República... podré dedicarme a ganar dinero”. Fue la primera advertencia, entre risas, de una posible derrota, finalmente confirmada, en la segunda vuelta de la elección presidencial, el 6 de mayo último.

Roselyne Bachelot , ex ministra y confidente íntima, ha comentado recientemente esa y otras “advertencias” con esta frase, entre risas: “¿Sarkozy? ¿Abandonar la política? ¡Ni en sueños, vamos!”.

Tras ese paréntesis, Sarkozy y su esposa volverán a París. Carla Bruni tiene grabado un disco desde hace más de un año. Su lanzamiento está previsto para el otoño que viene. Será la gran vuelta de la esposa del ex presidente a la canción , con una previsible campaña de promoción.

Sarkozy, por su parte, baraja en solitario varias las alternativas. Ser miembro del Tribunal Constitucional le permitirá contemplar la realidad política desde un “balcón” privilegiado. Pero no está claro que ese cargo sea compatible con el ejercicio de su profesión de abogado, con un gabinete propio, donde podrían ocuparse de grandes cuestiones internacionales.

Mientras baraja posibles alternativas, Sarkozy ya tiene alquilado el gran piso que le servirá de oficina, despacho y cuartel general , en un edificio bastante histórico.

Sarkozy se instalará próximamente en el mismo piso donde tuvo su estudio y gabinete de trabajo uno de los grandes pintores y mecenas impresionistas, Gustave Caillebotte. Ese despacho se encuentra en la misma calle donde se encontraba la revista literaria donde debutó el más grande de los escritores franceses del siglo XX, Marcel Proust, bastante cerca del estudio de uno de los grandes escultores españoles que pasaron por París, Sebastián Miranda, autor de bustos célebres de Azorín y Baroja, que lo frecuentaron en el barrio que será el nuevo barrio de trabajo de Nicolas Sarkozy.

Tras un periodo de silencio y ausencia controlada, Sarkozy iniciará su nueva vida política desde ese edificio, muy literario, en una calle que comienza en el lugar donde se encontraba un cementerio de víctimas del Terror , en la guillotina, y termina en el Elíseo, siempre.