Eduardo Mendoza y Ruiz Zafón, los autores más reclamados en Sant Jordi

Y CONGA, con todas las letras y a pleno pulmón, es lo que uno tiene ganas de gritar cuando avanza por La Rambla sin necesidad de mover los pies y se tropieza con un escritor que, mirando fijamente a su reloj, no puede hacer otra cosa que sumarse a esa culebra humana con la esperanza de llegar a tiempo a la caseta en la que los lectores aguardan impacientes.

Será por eso que la jornada de Sant Jordi, con sus rituales librescos, sus autores a la carrera esquivando peatones y sus cientos, miles, de personas buscando una firma como si no fuese a haber un mañana, solo puede calificarse de bendita anomalía. O, ya saben, como una conga infinita y la mar de literaria.

“Antes todo esto era más anárquico y muy divertido, pero te estoy hablando de hace décadas”, confiesa Enrique Vila-Matas segundos antes de acompañar su firma de un dibujo –el hombre con sombrero, marca de la casa- en un ejemplar de “Aire de Dylan”. A su lado, Eduardo Mendoza le da la razón en uno de los pocos segundo que le quedan libres entre autógrafo y autógrafo. Cuatro libros por minuto con nombre, dedicatoria y firm a. Ahí es nada.

Y es que, con “El enredo de la bolsa y la vida” recién salido de imprenta y los eco de “Riña de gatos” azuzando aún el ánimo de los lectores, el escritor barcelonés es uno de los más buscados, reclamados y, sin nada se tuerce, vendidos de la jornada. Tanto es así que cada vez que tiene que abandonar la caseta una librería para encaminarse hacia otra le persigue un murmullo de lectores enfurruñados que, libro en ristre, zigzagean a toda prisa hasta el siguiente punto de encuentro. Lo que vendría a ser caza y captura al escritor, aunque en versión civilizada.

Ante ese mal tan común, el de escritor encarcelado por el reloj, los hay que optan por no moverse de sitio y montar un chiringuito personalizado para atender a sus lectores. Es el caso de Carlos Ruiz Zafón, quien tras cuatro años sin firmar en Sant Jordi, ha recuperado su carpa en Paseo de Gracia, sus sellos de dragones y, sobre todo, ese imán con el que parece atraer lectores a su antojo. De hecho, los había que montaban guardia desde las siete y media de la mañana con tal de llevarse un ejemplar de “El prisionero del cielo” autografiado.

Y así, con Mendoza en una esquina y Zafón en la otra, ya tenemos uno de los más vistosos duelos de ese Sant Jordi en el que, a falta de datos oficiales, y echando un vistazo al volumen de la cola que, como una gigantesca conga, arrastran a su paso por La Rambla o Paseo de Gracia, también han causado sensación Chuck Palahniuk, Almudena Grandes, Javier Marías y, en catalán, Inma Monsó, Rafael Nadal, Sebastià Alzamora y Jaume Cabré. El podio de los más vendidos se completa con Jonas Jonasson y "El abuelo que saltó por la ventana y se largó", gran triunfadora en catalán; el estreno literario de Lluís Llach, las memorias de Jordi Pujol o los consejos culinarios de Ferran Adrià.

No faltan instantáneas curiosas, como la de ver al filósofo J osé Antonio Marina compartiendo mesa con Ana Obregón y Arantxa Sánchez Vicario, o descubrir a un Mario Vaquerizo que, además de despetar pasiones y convertirse en una de revelaciones del día, reconoce abiertamente su condición de no escritor. "No me quiero meter en el mismo saco que los escritores y tampoco quiero que me metan. No tengo pretesión literaria", confiesa poco antes de que sus fans estén a punto de arrasa (literalmente) el tenderente del FNAC en plaza Cataluña.

La emisión del programa "Protagonistas Cataluña" de ABC Punto Radio, conducido por Oriol Clavell , desde el centro de la ciudad con motivo de la festividad de Sant Jordi suscitó una gran expectación. Numerosos curiosos se agolparon ante el concesionario Wolkswagen de Rambla de Cataluña , esquina Diputación, para seguir de cerca las intervenciones de los contertulios, así como las declaraciones de escritores, representantes del gremio de panaderos y floristas. El habitual debate sobre futbol atrajo a paseantes, que pudieron saludar a los participantes del programa.