Xavier Nieto: «Excavar un galeón no es arqueología sino espectáculo»

Nieto es consciente de que hay que cambiar, pero que nadie le hable de excavar galeones, bajo ningún concepto . Le repugna la idea de espectáculo que acompaña a la extracción de monedas.

—¿Qué debemos exigirnos para cambiar las cosas?

—Seguir el Libro Verde de la arqueología subacuática (AS), que lo recoge casi todo. Hay gente que opina que no es útil, pero marca una hoja de ruta realista. El camino es la formación: necesitamos más especialistas, investigación. Y es importante difundir los resultados.

—Pues tenemos la idea de que no se hace mucho.

—La actividad arqueológica de los últimos años ha sido intensísima, se excava muy bien en España, en barcos que no tienen monedas, sino información histórica muy valiosa.

—Pero el Libro Verde lo pone todo en manos del dinero público, y eso en tiempo de recortes…

—El Libro se hace en su momento y es hijo de su tiempo. Tampoco existía conciencia social y ahora puede ser más fácil buscar patrocinio, sobre todo si tenemos resultados. Odyssey facilitará eso. Pero está claro que la AS corresponde al Estado.

—Filipe de Castro dice que tampoco los arqueólogos han contado bien lo que hacen.

—No lo hemos contado bien porque tampoco nos lo han pedido. El arqueólogo ha estado metido en su torre de marfil, preocupado por presentar un libro, un artículo en un congreso. En los últimos años ha cambiado un poco eso. Ahí tienes Atapuerca. Pero hay que hacer más, sin duda.

—Con la misma gente en muchos puestos. ¿Cómo se puede cambiar?

—Hay una masa importante de gente que no va a cambiar, que continuará con su trozo de cerámica. Pero entre los jóvenes y algunos de los senior, la conciencia de que trabajamos para la sociedad es mayoritaria.

—¿Qué aportaría excavar científicamente un galeón intacto? A la gente le gusta la grandeza de ese pasado la primera navegación global del mundo.

—Una cosa es la arqueología y otra el espectáculo. Tú hablas de galeón y a todo el mundo se le abren los ojos.

—Es una realidad, no hay que negarla.

—¿Y por qué excavar un galeón?

—Es nuestra historia naval. ¿O no? Usted es el experto.

—Sí, pero conocemos mucho peor la historia fenicia, griega y romana que la de los galeones. Eso hay que cambiarlo. La AS es una ciencia y no un espectáculo, como una investigación en biología. Nuestra visión de la arqueología nos viene deformada por la idea de tesoro. En España ha habido avances importantísimos, pero no tienen monedas.

—¿Pero aun marcando prioridades por qué no hacer uno al menos?

—Me aporta más información científica el barco griego que excavé en Cala Sant Vicenç, que me explica muchísimas cosas sobre la historia de este país, que los barcos que venían de América y les pilló un temporal. Invertiré el dinero donde la aportación científica sea más rentable, y es mayor en el barco antiguo. ¿Excavar un galeón para crear movida mediática? Yo creo que no debemos hacer eso.

—Los cazatesoros están ahí y no dejarán de acechar.

—Oigo a muchos y pienso que están tan cerca de los cazatesoros en mentalidad. Al final la comunidad científica decidirá si hacemos arqueología o somos cazatesoros disfrazados.

—¿Cuál es el punto del cambio?

—La excavación es una veinteava parte en tiempo y en dinero de lo que hacemos. Investigamos y restauramos. El cazatesoros no se preocupa de eso. Esa es la diferencia: a nosotros nos da igual restaurar un tejido que una moneda. Las empresas privadas de arqueología no corren con esos gastos.

—¿Hay un papel para la Armada? El Libro Verde ni la cita.

—La arqueología seria es una actividad compleja, con un nivel de especialización brutal. Es una ciencia. Para la ciencia lo que hace falta son científicos. Si lo que queremos es sacar cosas del fondo del mar, vale cualquiera. Lo que tenemos que hacer no es sacar cosas, sino investigar nuestra historia, y para eso necesitamos gente que sepa qué es un espectrómetro de masas, un carbono 14, cules son las metodologías y la bibliografía.

-También tienen sus especialistas, ingenieros navales, expertos en navegación y artillería históricas, y algunos medios técnicos...

-Pues ya le he respondido a eso.

- La convención de Unesco pide que se haga una conservación «in situ» de los pecios. Pero eso es muy distinto a dejar que los pecios se pudran .

-La conservación «in situ» es la primera opción a tener en cuenta. Si encuentro restos de un barco no hay que sacarlo. Hay que ponderar si se inicia o no un proyecto de investigación (si hay medios financieros, de investigación y restauración...). Luego me pregunto si científicamente tiene sentido hacerlo. O si corre riesgo de destrucción. Se analiza y después se decide.

-La Unesco dice que debe haber formación y no sé si España está cumpliendo eso.

-Sí lo está cumpliendo.

-Pues mucho jóvenes que conozco están buscando trabajo fuera.

-Eso es otro problema, la disponibilidad. Yo sumo los arqueólogos subacuáticos que hay en España, con los de la Comunidades Autónomas, y hay más que en Francia y en Italia.

- Entonces tenemos un gravísimo problema. ¿Cuales son los resultuados científicos?

-Estamos dando más resultados que Italia, estamos al nivel de Francia. España es el país europeo que más publicaciones ha generado de arqueología subacuática. Lo que pasa es que no nos estamos enterando.

-¿Por ejemplo?

-Diez monografías del Centro de Cartaluña. Dígame qué país ha publicado diez libros así. Y los cuadernos de Arqua. Francia tiene dos revistas y pare usted de contar. En Italia, menos aún.

-Pero aún tenemos la impresión de que nuestra historia la cuentan los cazatesoros.

-Tenemos muchos complejos y también la atomización de las Autonomías.

-Pero el Estado español es así. El desafío es coordinarnes mejor. Su papel sería el de director de orquesta.

-Tenemos en españa barcos extríados y expuestos en museos, ¿y quién lo sabe? El de Orio que está en el Museo Arqueológico de Bilbao, el Mazarrón 1... Pasemos lista en otros países del Mediterráneo.

-Es que los Bálticos dan envidia. ¿Cuál es el secreto?

-Tienen cien mil barcos y estructuras portuarias documentados. Tienen un nivel económico distinto. Empezaron con el Roskilde en los años cincuenta. Dónde estaba entonces España y dónde estaban ellos. En los años ochenta teníamos tres décadas de retraso. Aquí dinamitábamos barcos para sacar cosas y en Europa hacían museos. Ahora estamos al nivel de los otros países del mediterráneo.