Operación «Atalanta»: del «Alakrana» a los ataques quirúrgicos a las bases piratas
Tres años después de su creación, la misión de la Unión Europea en lucha contra la piratería en aguas del Índico apela ahora a un cambio drástico de estrategia
eduardo s. molano
Músculo frente a infamia. Tres años después de su lanzamiento, la operación «Atalanta» -la misión de la Unión Europea en lucha contra la piratería en aguas del Índico- se enfrenta ahora a su Rubicón particular.
El camino hasta aquí, lo cierto, plagado no ... de pocos infortunios: Caso del secuestro -y posterior liberación- del buque «Alakrana» (octubre de 2009) o del Vega 5 (diciembre de 2010); quizá las dos acciones que de forma más evidente contribuyeron a dar notoriedad a este fenómeno en territorio hispano.
Eso sí, a día de hoy, las cifras avalan al operativo: Según reconoce la Organización Marítima Internacional , pese a que el número de ataques pirata en aguas del Índico se ha incrementado en los últimos tiempos (de 219 acciones armadas en 2010 se pasó a 237 en 2011), su efectividad ha disminuido pavorosamente: el pasado año, tan solo un 12% condujeron a la captura de la tripulación, frente al 50 por ciento de éxito que conllevaba este tipo de ataques en 2008.
Una «gloria naviera» lograda, tan solo, a golpe de «músculo» (en apenas cuatro años, más de 50 navíos se han incorporado a Atalanta, mientras que la práctica totalidad de los atuneros congeladores que faenan en Somalia cuentan ya con seguridad privada a bordo).
Sin embargo, la lucha anti piratería europea muestra, todavía, algunas carencias de base: Primero, la falta de un marco legal internacional adecuado que ampare su labor (en la actualidad, más del 90% de los -presuntos- piratas capturados son puestos en libertad sin cargos). Segundo, la disposición defensiva del operativo, destinado tan solo a contener los ataques, y no a eliminar la amenaza en el territorio somalí. Y tercero, la falta de apoyo a las organizaciones locales (caso de entrenamiento «real y efectivo» a los guardacostas).
No obstante, la situación podría dar un vuelco en cuestión de semanas. En una carta fechada el pasado 1 de marzo, el Gobierno Federal de Transición somalí autorizaba a las fuerzas de la misión de la UE de lucha contra la piratería en aguas del Océano Índico y del Golfo de Adén a actuar contra los piratas en sus aguas territoriales y contra las bases logísticas de los piratas instaladas a lo largo de su costa. Una declaración de intenciones que fue reafirmada a ABC por el jefe de Estado Mayor de la Defensa ( Jemad ), almirante general Fernando García Sánchez.
¿Incógnitas? Quizá demasiadas. Aunque un único canto de sirena como excusa: Solo en 2011, el pago de rescates ascendió a los 150 millones de dólares (un 54,5 % más que en 2010), mientras que al menos dos centenares de personas continúan secuestradas en territorio somalí. Aunque de daños colaterales, mejor ni hablar.
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