Robert Crumb, un pellizco «underground» al arte de la música
Ediciones La Cúpula publica en un volúmen todas las portadas de discos diseñadas por el dibujante de cómics
PABLO M. PITA
«A cambio de un pellizco en la teta». Así lo cuenta la leyenda, y así lo ha reflejado el diario británico The Guardian este fin de semana, que fue lo que Robert Crumb pidió a Janis Joplin como pago por ilustrar la portada ... del disco «Cheap Thrills», para su banda Big Brother and the Holding Company (la cantante todavía no ponía su nombre por delante). También se dice que terminó el encargo en una noche a base de anfetaminas.
Todo esto ocurría en 1967, y el dibujante se convertiría con el tiempo en el autor más representativo del cómic «underground» , con su línea gruesa y su humor corrosivo; pero en buena medida esta fama fue impulsada gracias a la repercusión que obtuvo este trabajo, que en realidad fue concebido como contraportada. Sin embargo, a él el mundo del rock y el pop no le atraía en absoluto, e incluso se negó a repertir la experiencia con los Rolling Stones . Crumb era un fanático del jazz, la música de raíces y el blues sureño, y a ellos dedicó sus posteriores esfuerzos como portadista. Incluso ha formado parte de diversas bandas tocando el banjo. Con este instrumento se ha autorretratado en múltiples ocasiones.
Fue una compañía discográfica ubicada en Nueva York la que le propuso ilustrar viejas grabaciones que serían recuperadas y reeditadas. Al fin y al cabo, una de las pasiones de Crumb era revolver en viejas tiendas en busca de esos mismos vinilos. Toda su obra como portadista aparece ahora publicada por Ediciones La Cúpula en un volúmen de 112 páginas y a un precio de 24,95 euros. «Crumb, la colección de portadas de discos» contiene 450 ilustraciones que parecen un recorrido por la historia de la música norteamericana, con nombres y grupos muchos de ellos prácticamente desconocidos, y que denotan el buen gusto y amplios conocimientos del dibujante. De hecho, muchas de estas colaboraciones para singles de 78 r.p.m. sirvió para redescubrir grandes joyas olvidadas.
Pero sin duda su colaboración con Janis Joplin ha alcanzado un lugar de privilegio en la iconografía de los años sesenta. Como anécdora, podemos contar que en 2000 el Salón de Angouleme, uno de los más importantes certámenes de cómic del mundo, organizó una exposición dedicada a Robert Crumb, y él realizó un cartel imitando aquella portada, pero un nuevo contenido. La ilustración fue rechazada por la organización. Por lo visto, la edad no ha restado un ápice la capacidad de escandalizar del autor norteamericano.
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