Huelva, una losa de incertidumbre

Entre los alumnos que cruzaron la cancela amarilla del García Lorca no estaba Ruth Bretón Ortiz, de seis años. A esta niña, alumna de primero de primaria, la había visto ya en el telediario alguno de sus compañeros de pupitre en la noche del domingo. No sabía bien qué hacía su foto en la televisión, pero sí alertó a la madre de que esa que aparecía en las noticias era de su clase. La buscan en Córdoba, pero es en Huelva, donde residía la familia.

A las dos de la tarde, hora de la salida de los niños, algunos corrillos de padres y madres comentaban el suceso, que se había extendido por el barrio. A esas horas, según reconoció a ABC la familia de uno de los alumnos de la clase de Ruth, la Policía había pasado ya por el colegio y los profesores habían convocado a los padres de primero de primaria a una reunión. La intención del centro, sin pretender ocultar la realidad de los hechos, es tratar de mantener la calma y que los niños no se vean afectados. Pero algunos padres dudan de si seguir llevando a sus hijos a clase estos días. Algunos de ellos, dándose ya cuenta de que algo anormal ocurre, llegaron incluso a preguntar a la profesora por su compañera ausente.

En la calle también se habla. En el estanco, en la carnicería, en la mercería… Los comercios de los alrededores de la casa donde vive la familia Bretón, en la Avenida de San Antonio, y en la aledaña Avenida Adoratrices comentaban la desaparición de Ruth y José y rememoraban la desaparición y muerte en 2008 de la niña Mariluz en el barrio de El Torrejón, a poco más de un kilómetro del colegio García Lorca.